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Lo anunció nada más conocerse la sentencia y finalmente este jueves, el representante legal de la hija de Guillermo Castillo, el hostelero de Cuzcurrita asesinado en la madrugada del 2 de mayo de 2023 ha recurrido el fallo judicial de la Audiencia Provincial por el que cada uno los dos asesinos de su padre fueron condenados a 27 años de cárcel (23 por asesinato y 4 por robo con violencia). En su recurso, Marcos García Montes, abogado de Yolanda Castillo, reclama que se le imponga a Antonio D. G. y Carlos Sergio R. M. la prisión permanente revisable, una petición de pena que reclamaban desde los inicios del proceso judicial.
En la sentencia recurrida, entiende la acusación particular que existe una «valoración errónea» por parte del magistrado de la vulnerabilidad de la víctima. El juez, añade el escrito de apelación, reconoce que Guillermo Castillo era una persona de avanzada edad con enfermedades relevantes que lo hacían más vulnerable. Sin embargo, «concluye erróneamente que tales circunstancias no eran suficientes para considerar que concurría una situación de »especial vulnerabilidad« en los términos del artículo 140.1.1a CP». Esta conclusión, a juicio de la representación de Yolanda Castillo, contradice la valoración del jurado, que declaró probado que Guillermo era una persona vulnerable tanto por su edad como por sus padecimientos.
García Montes también considera que no se ha tenido en cuenta la doctrina del Tribunal Supremo que «permite la aplicación conjunta de la alevosía y la agravante de especial vulnerabilidad, siempre que ambas circunstancias deriven de elementos diferenciados». En este caso, añaden, la alevosía se basa en la modalidad sorpresiva del ataque, como se señala en la sentencia: «No fue por lo tanto una situación de especial desvalimiento de lo que los agresores se sirvieron para conseguir su propósito sino de la confianza generada por el previo conocimiento y del sorpresivo y violento ataque», mientras que la especial vulnerabilidad resulta de la condición física y médica de la víctima. Una compatibilidad que «ha quedado avalada» por el alto tribunal.
El pasado 7 de enero, Audiencia Provincial de La Rioja condenaba a Antonio D. G. y Carlos Sergio R. M a 27 años de prisión a cada uno de los dos acusados por el asesinato de Guillermo Castillo. La sentencia sigue la versión de la Fiscalía, que siempre ha defendido la existencia de dos delitos: uno de asesinato, por el que la Audiencia ordena 23 años de prisión, y otro de robo con violencia, con una pena de cuatro años.
Ambos acusados también deberán abonar de manera conjunta y solidaria a los dos hijos de la víctima la cantidad de 311.192,54 euros en concepto de responsabilidad civil, tal y como solicitaban las acusaciones particulares. También se les impone la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros de los hijos de la víctima por un periodo de 5 años, una vez cumplida la pena impuesta.
Los miembros del tribunal encargados de emitir el veredicto, consideraron que fueron los dos acusados los que de mutuo acuerdo viajaron desde el barrio de La Estrella hasta Cuzcurrita y que allí, como defendían los investigadores, agredieron conjunta y brutalmente a Guillermo Castillo para después encerrarle en un aseo tras colocarle unas esposas. Allí le dejaron tendido en el suelo, con infinidad de golpes y un traumatismo craneoencefálico que finalmente sería la causa de su fallecimiento
Mientras el hostelero agonizaba, los dos condenados, registraban la casa en busca de un gran botín que apenas llegó a 600 euros. Después de la brutal paliza, ambos acudieron a Lardero para drogarse y siguieron con sus vidas, manteniendo un contacto que había comenzado años atrás cuando coincidieron en la cárcel.
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