Un año para que vuelvan las urnas

El 26 de mayo de 2019 se celebraron las últimas elecciones autonómicas y municipales en La Rioja. Resultó un cita histórica porque el PSOE, no sin zozobra, consiguió después de 24 años regresar al Palacete de Gobierno. Concha Andreu sucedió en la Presidencia a José Ignacio Ceniceros y, aunque pasó las de Caín para conseguir la investidura, finalmente logró un acuerdo con la diputada de Podemos, Raquel Romero, a la que convirtió en consejera de su Gobierno. Después han pasado muchas cosas, incluso demasiadas, desde un pandemia hasta una guerra en pleno corazón europeo.

Dentro de un año, el 28 de mayo de 2023, las urnas volverán a instalarse para renovar los gobiernos autonómicos y municipales. El ambiente preelectoral comienza a palparse ya, animado por la sucesión de comicios que empezó en Castilla y León y que pronto continuará en Andalucía.

El pasado miércoles, la presidenta Andreu organizó un acto en el Museo Würth de Agoncillo con el fin de presentar un balance de sus «1.000 días de Gobierno»; una cifra insólita para rendir cuentas y un anticipo de la larguísima campaña electoral que nos aguarda. Quiere aprovechar Andreu la ventaja que le han dado sus rivales, que todavía deben resolver sus procesos internos antes de afrontar el nuevo ciclo electoral. Un estado de suspensión que se aprecia especialmente en el PP, pendiente aún de resolver la sucesión de Ceniceros en un congreso regional largamente postergado.

Génova intensifica sus gestiones para tratar de atajar la previsible sangría y lograr una lista conjunta

En estos momentos, un artificiero está tratando con sumo cuidado de desactivar una bomba colocada en la calle Duquesa de la Victoria de Logroño. Si consigue acertar con el cable rojo y las manecillas del reloj se detienen, aunque sea en el último segundo, habrá suspiros de alivio y sensación de victoria anticipada. Si, por el contrario, los cables continúan igual de enmarañados y no hay por dónde cortarlos y el tiempo se agota y la bomba acaba por explotar..., cundirá una percepción aguda de fracaso y oscuros presentimientos de derrota.

El artificiero encargado de este trabajo nació en Ferrol en 1974. Es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Santiago de Compostela. Se llama Miguel Ángel Tellado Filgueira. Ocupa la vicesecretaría general de Organización del Partido Popular, un escalón por debajo de Elías Bendodo y a dos de Cuca Gamarra. Con Bendodo ocupado en las elecciones andaluzas y Gamarra ejerciendo de portavoz del PP en el Congreso, Tellado ha asumido la tarea de poner paz en los territorios más sacudidos por las disensiones internas. Intuye Génova que La Rioja podría volver a caer del lado popular si se embridan los egos y se ofrece a la ciudadanía al menos una ilusión de unidad, y en esa tarea anda metido Miguel Tellado.

No lo tendrá fácil. De momento, el partido va con retraso sobre el horario previsto. El congreso regional, que será extraordinario, tenía que haberse celebrado en el primer semestre del año 2022, pero eso ya no será posible. Si finalmente se llega a un acuerdo y hay una sola lista, podría hacerse en julio o incluso en agosto. De lo contrario, se avecina un otoño muy entretenido. Andreu, en cualquier caso, ya ha ganado su primera batalla. La guerra civil en el PSOE se libró hace un año y la presidenta disfruta ahora de la placidez de tener un Gobierno y un partido cosidos a su medida. Esta diferencia de estatus se visibilizará, salvo giro de guion, en el próximo debate sobre el Estado de la Región, programado para el 22 de junio.

De momento, y a la espera de comprobar si Génova logra sumar voluntades, hay dos precandidatos que se han mostrado dispuestos a liderar el partido: Alberto Bretón, exdelegado del Gobierno, y Alfonso Domínguez, exconsejero de Hacienda. Para acabar de enredar las cosas, surgió una especie de tercera vía, apadrinada por Carlos Cuevas y por otros altos cargos (Javier Merino, Jesús Ángel Garrido, Ana Lourdes González), que reclamaba unidad, pero que no le hacía ascos a encarnarla ellos mismos si no había más remedio.

Mucho trabajo tiene el artificiero ferrolano.

Con una Ejecutiva diseñada a su medida y arrinconadas las voces críticas, Concha Andreu se juega la reelección

Es casi la única certeza del domingo electoral: la papeleta del PSOE estará encabezada por la actual presidenta de La Rioja, Concha Andreu. El cemento del poder no tiene apenas aluminosis y Andreu ha sabido manejar la hormigonera para dar un golpe de mano en el partido, acabar con la bicefalia, mandar a Ocón al desván de los esqueletos y convertirse en la dueña y señora del socialismo riojano. Para bien o para mal, será la única responsable de lo que le suceda al PSOE dentro de un año. Si en junio de 2023, Andreu sigue ocupando su despacho en el Palacete, nadie se atreverá a toserle y será recibida con genuflexiones de contorsionista. Si cae derrotada o no logra formar gobierno, las viejas rencillas resucitarán y el partido se convertirá de nuevo en un campo sembrado de minas. Lo que parece seguro es que, salvo algún extraño giro de guion, ni Ocón ni sus fieles (Ana Santos, Nuria del Río) repetirán en las listas, de manera que Andreu conseguirá extender su dominio hasta los confines del grupo parlamentario, el único territorio en el que sus críticos encuentran todavía algún refugio.

Durante la campaña electoral, Andreu podrá esgrimir en su descargo que le ha tocado lidiar con una sucesión de escenarios no ya inesperados, sino casi irreales (la pandemia, la invasión de Ucrania, la crisis mundial de suministros). Lo tendrá más difícil para explicar a su propio electorado la extrema inestabilidad de su Gobierno, sometido a continuos y a veces inexplicados cambios, la proliferación de organismos autónomos al margen de la Administración y, sobre todo, la estrambótica presencia de la consejera de Participación Ciudadana, Raquel Romero, en el Consejo de Gobierno. Romero le proporciona un voto dócil en elParlamento, pero a cambio de ese 'sí' pastueño y confortable el PSOEdebe afrontar un importante daño reputacional que, además, ha ido incrementándose con el tiempo. Con Romero expulsada de Podemos, lo que la convierte oficialmente en tránsfuga, y proscrita incluso del Grupo Mixto, su supervivencia política descansa exclusivamente sobre los hombros de Andreu. Es la consejera de Participación Ciudadana un blanco demasiado fácil para la oposición y una losa pesadísima para cargar con ella durante la campaña electoral, así que no sería descartable un último ajuste gubernamental en los próximos meses para soltar amarras y alejarse de Raquel Romero silbando, como si nunca se hubiesen conocido.

Al menos Andreu puede diseñar su estrategia con tranquilidad. No solo tiene en sus manos el plus del Palacete, con su abanico de fotografías institucionales y el reparto de los generosos fondos europeos, sino que ha ganado por la mano a sus vecinos de enfrente. Ahora puede sentarse con una bolsa de pipas y un refresco a ver cómo sus adversarios se sacan los higadillos.

Ciudadanos tiene tajo por delante. En julio expira el plazo de funcionamiento de la comisión gestora que dirige el partido en La Rioja y habrá que constituir un nuevo comité ejecutivo. Belinda León, cabeza de la actual gestora, formulará una propuesta a la dirección nacional y, si obtiene el respaldo de Madrid, se convertirá en la coordinadora de la nueva Ejecutiva autonómica. «Eso no significa que vaya a ser candidata», puntualiza. La confección de las listas se verificará en un momento posterior, tal vez a finales de este año o principios del siguiente.

Ha tenido el partido naranja una existencia azotada por frecuentes marejadas, saldadas con la fuga de dos concejales en Logroño y con la desarticulación de la anterior Ejecutiva, coordinada por Pablo Baena, que sigue siendo portavoz parlamentario. «Ha habido discrepancias y problemas en la gestión de personas, pero no divergencias de ideas; en eso somos un bloque», asegura León. No les espera una travesía fácil. Las encuestas les pronostican un derrumbe en toda España y en La Rioja no lo tendrán fácil ni para superar la barrera del 5%. «Nuestro objetivo es que nos podamos mantener en las instituciones y confío en que los riojanos prefieran la sensatez a los extremos que solo saben gritar», apunta León.

El comportamiento futuro de Vox enLa Rioja es un misterio. El partido de Santiago Abascal es la tercera fuerza política en España y gobierna en Castilla y León, pero su presencia en la comunidad autónoma se limita por ahora a una Concejalía en Calahorra. En las anteriores elecciones autonómicas quedó por detrás del PR+ y muy lejos de la barrera del 5%. Esta irrelevancia no le ha evitado vivir profundas convulsiones internas, con la defenestración hace un año de su única representante, la edil calagurritana Maite Arnedo. Con la idea de resurgir, se acaba de formar una nueva Ejecutiva presidida por Muskilda Espinosa, una publicista logroñesa sin pasado político. Espinosa defiende el carácter «constitucional y respetuoso con las leyes» de su partido y advierte de que ella no tiene por qué ser la candidata al Gobierno de La Rioja: «Eso será un proceso posterior que se resolverá poco antes de las elecciones».

El PR+ todavía no ha decidido sus candidatos para las próximas elecciones. «Aún queda mucho», advierte su presidente y concejal de Deportes en Logroño, Rubén Antoñanzas. Los regionalistas, que este año cumplen 40 años, confían en alzarse sobre los escombros de la nueva política para superar la barrera del 5% y regresar al Parlamento regional. En 2019 se quedaron a cuatro décimas de la cifra mágica. Antoñanzas deberá decidir si encabeza la candidatura al Gobierno de La Rioja o al Ayuntamiento de Logroño, aunque no anticipa problemas a la hora de elaborar las listas. «Tenemos una ventaja –dice–. Somos un partido unido». El PR+ celebró su congreso en diciembre de 2021 y Antoñanzas fue reelegido presidente del partido por unanimidad.

Cuando llegue Yolanda Díaz a La Rioja, encontrará muchos brazos abiertos. Aunque la consejera que era de Podemos, Raquel Romero, aún fantasea con una supuesta cercanía con la vicepresidenta, el espacio a la izquierda del PSOE se ha reajustado en torno a Izquierda Unida y al nuevo Podemos, dirigido por la concejala jarrera Arantxa Carrero. Las dos formaciones parecen dispuestas a repetir coalición electoral bajo el paraguas de Yolanda Díaz. «Vamos a trabajar para que la izquierda vaya con un proyecto común y creo que la idea de Yolanda coincide con ese espíritu», señala Diego Mendiola, coordinador regional de IU. Carrero también espera a que se concrete el plan de la vicepresidenta para empezar a elaborar «listas y proyecto». A favor cuentan con la abultada presencia mediática y el incesante trabajo parlamentario de la diputada Henar Moreno (IU), que se ha convertido a la vez en sostén y aguijón del Gobierno. Ambas partes insisten en su voluntad para cerrar acuerdos y sería una sorpresa que la lista resultante no la encabezara Moreno.

En contra tienen la tradición cainita de la izquierda riojana y el triste recuerdo de Raquel Romero, un autogol por toda la escuadra que Podemos se marcó en 2019.

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