Que no le vuelvan a decir que vive por encima de sus posibilidades

Una serie de trucos, algunos heredados de los abuelos, puede facilitar la economía familiar recortando gastos más allá del gas

Domingo, 11 de septiembre 2022, 02:00

Inicialmente, el objetivo diana del plan de ahorro energético aprobado por el Gobierno de España era reducir el consumo de gas el 7%. Fue la respuesta del país a la petición de Bruselas ante la amenaza, hoy ya confirmada, de que Rusia cortaría de forma ... total el flujo de gas a Europa. Sin embargo, la tensión inflacionista persistente, que ha contagiado a todos los productos que componen la cesta de la compra, está obligando a las familias españolas, y por ende, riojanas, a disciplinar sus economías domésticas al 'modo crisis', acometiendo estrategias de ahorro que, en la medida de lo posible, supriman gastos superfluos (hay que hacer una 'criba' sosegada y sincera para desecharlos) y ajusten los básicos.

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Trucos que recuperan los hábitos de nuestros abuelos (desde apagar la luz si no se está en una estancia de la casa a hacer la compra diaria) y otros novedosos y más acordes a la época 'smart' que vivimos: desenchufar de la red los ordenadores y demás dispositivos electrónicos cuando no se usen; invertir en aerotermia para lograr viviendas más eficientes o, por ejemplo, aprovechar las prestaciones de los cada vez más avanzados electrodomésticos. Un óptimo aislamiento también es un formidable aliado para asegurar el bienestar del hogar sin disparar los recibos, algunos de los cuales será necesario revisar a conciencia (y paciencia) porque controlándolos también se puede obtener un adecuado ahorro.

A continuación, Diario LA RIOJA ofrece una selección de tácticas que puede permitir que los hogares no solo economicen gas, tan fundamental en el invierno por la temporada de la calefacción, sino otros gastos fijos e ineludibles para vivir el día a día, como la factura de la luz, la comida y el transporte. Si los sigue, nadie podrá reprocharle por segunda vez en algo más de diez años que vive por encima de sus posibilidades.

La inflación ha contagiado a toda la cesta de la compra por lo que no solo hay que tratar de ahorrar en gas sino en otros gastos cotidianos

Es conveniente empezar por revisar los recibos de los suministros básicos para saber cuánto y a qué precio se consume

Electricidad: revisar la potencia contratada y controlar lo que se consume

Además de controlar el consumo, uno de los factores que contribuyen sin duda a rebajar la factura es revisar la potencia de energía contratada, esto es, la cantidad de aparatos que se pueden conectar a la vez en la casa sin que se salte el automático. Conviene cerciorarse de cuánto se tiene estipulado con la compañía eléctrica y, si hay un exceso, reducirlo para que esté cubierto lo que se necesita y no más.

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También resulta sumamente interesante utilizar bombillas de bajo consumo y LED. Y en los casos de los fluorescentes, muy frecuentes en las cocinas, lo óptimo es dejarlos encendidos si van a estar apagados menos de veinte minutos, porque el consumo que generan es inferior.

Asimismo, antes de meter alimentos cocinados en la nevera hay que esperar a que estén totalmente fríos. También es conveniente pensar bien y con detenimiento qué se quiere coger del frigorífico para evitar abrirlo muchas veces. Y otro truco es ajustar su temperatura de enfriamiento, así como la del congelador, para que sea la estrictamente indispensable.

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Más alternativas: poner la lavadora y el lavavajillas siempre llenos, en programas a baja temperatura y ECO. Y si tiene secadora restringir su uso optando más veces por tender la ropa. También se puede ahorrar con el horno (mantenerlo limpio es crucial pues la grasa reduce su capacidad de calentar) y con las vitrocerámicas que no son de inducción (el calor residual que queda una vez apagadas posibilita finalizar la cocción de alimentos sin más consumo de luz). Más estrategias. Evitar el denominado 'consumo fantasma' (el modo 'stand by' o pausa en el que un piloto rojo indica que el aparato está apagado pero conectado a la red) desenchufando los equipos electrónicos por la noche o si no se va a estar en casa. Y, en general, si se tiene que comprar un electrodoméstico, elegir los de etiqueta 'A' o superior.

Pero en la economía doméstica también repercute un gasto colectivo, el de la comunidad de vecinos en el caso de los inmuebles con varias viviendas, que se puede minorar. Por ejemplo, utilizando las escaleras en vez del ascensor. Y, eso sí, si usted reside en una vivienda unifamiliar, una opción ideal es instalar paneles fotovoltaicos y, dentro de ellos, elegir los híbridos, pues aunque se produzca un apagón el sistema no deja la vivienda sin luz.

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Gas: Mejor en el mercado libre que en el regulado

También debe empezar por revisar la factura para saber en qué mercado está: el regulado (se rige por los precios mayoristas) o el libre (usted pacta el precio con su suministradora). Salvo que se trate de un consumidor vulnerable (con acceso a descuentos como el bono social) debe valorar si consigue más ahorro pasándose al mercado libre. Con la excepción ibérica (término con el que se ha bautizado el tope del precio de gas de España y Portugal) el mercado regulado sigue siendo más caro que el libre, aunque este último también se ha encarecido. Y, por supuesto, asegúrese un buen aislamiento de la vivienda: la inversión en puertas y ventanas puede ser onerosa, pero con lo que se ahorra en los meses posteriores llega a compensarla.

Además, es conveniente aprovechar la luz natural y los rayos de sol para caldear las habitaciones y así evitar encender la calefacción. Pero, cuando sea inevitable, manténgala a una temperatura media de 19-20 grados, echando mano de alguna prenda de abrigo que le permita alcanzar una situación de confort sin perder comodidad.

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Antes de que llegue la temporada invernal, no obstante, resulta clave purgar los radiadores. De esa forma se garantiza el buen funcionamiento del sistema de calefacción, porque el aire acumulado en el interior del radiador es eliminado, permitiendo que la calefacción funcione con total rendimiento y que se ahorre en la factura del gas. Otro truco también es cerrar los radiadores de las habitaciones que tenga cerradas y sin uso.

Asimismo, en invierno basta con ventilar la casa entre cinco y diez minutos: renovará el aire interior y mejorará su calidad, pero no perderá todo el calor acumulado en las estancias.

Y como ha ocurrido en verano, opte mejor por duchas cortas que por baños largos, y acostúmbrese a dejar siempre el mando de los grifos en posición de frío para evitar el gasto innecesario de agua caliente.

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Cesta de la compra: Hacer una lista y no saltarse el presupuesto decidido

La escalada inflacionista comenzó con los precios de la energía, pero a medida que han ido pasando los meses ha contagiado al resto de los productos de la cesta de la compra, entre ellos, los alimentos no elaborados. Por eso, actuar con detenimiento sobre un hábito tan habitual y necesario como es rellenar la despensa y el frigorífico puede ser también una fuente de ahorro.

No hay que volverse loco, ya que muchas de las opciones para recortar gastos nos devuelven a la estrategia que seguían los abuelos. Para empezar valore con atención la posibilidad (si su vida laboral se lo permite) de comprar poco y a diario para evitar que los alimentos caduquen y finalmente acaben en la basura. También es útil para evitar desembolsos extraordinarios planificar los menús de la semana y hacer una lista de la compra, así como fijar un presupuesto de gasto. Eso sí, respételo, no se lo salte.

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Invierta también tiempo en comparar precios, aproveche al máximo las ofertas ('Compre tres y pague dos', 'El segundo artículo a mitad de precio', las rebajas de artículos con fecha de caducidad próxima, etcétera) y congele todos los alimentos que le sea posible. Recuerde, asimismo, comprar productos de temporada (son más baratos) y al peso (los embolsados y en bandeja se encarecen).

No desprecie las ventajas de las tarjetas de fidelización de clientes, opte por las marcas blancas y revise los ticket de compra: además de poder comparar precios entre establecimientos también puede caer en la cuenta de qué alimentos son los que más van subiendo de precio.

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Transporte: Mejor el público, pero si es particular reposte por litros

El cuarto gran epígrafe en el que las familias pueden ahorrar es en el del transporte. En concreto, resulta muy eficiente limitar el uso el coche particular solo para los desplazamientos en los que resulte imprescindible y optar por el transporte público, aprovechando en la coyuntura actual los bonos de gratuidad y los descuentos puestos en marcha por el Gobierno central y la Comunidad. En todo caso, si no tiene mas remedio que utilizar el transporte particular estudie la posibilidad de que sea compartido con otras personas (por ejemplo compañeros de trabajo) para repartir los gastos. Pero si es una opción a su alcance, opte por teletrabajar siempre que pueda.

Además circule a una velocidad que no exceda los 100 kilómetros por hora, revise el estado del vehículo (los neumáticos suponen por sí solos el 20% del consumo) y no almacene artículos innecesarios en el maletero, ya que gana peso.

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Si normalmente utiliza el coche para realizar sus compras valore la posibilidad de desterrar esta práctica y consumir en tiendas de barrio, ya que se evitará desplazamientos.

No se olvide tampoco comparar el precio del seguro que está pagando en la actualidad con el que ofertan otras compañías para poder elegir el que mejor se adapta a usted tanto económicamente como en el catálogo de servicios de los que pueda disponer.

Otro cotejo que debe hacer: el del precio del combustible. En internet puede testar cuáles son los precios que se ofrecen a diario y localizar la estación de servicio más barata. Y, muy importante, reposte siempre por litros, no en euros, y ponga el cuentakilómetros a cero. Ambos gestos le ayudarán a tener un mejor control de lo que se consume.

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La regla de oro: 50/30/20

Estas son algunas estrategias para reducir el gasto en los hogares y hacer frente a un otoño-invierno muy complicado en tanto los precios sigan creciendo en el entorno de los dos dígitos.

Pero incluso en este contexto es posible el ahorro, fondo del que se tira máxime en momentos de crisis como el actual marcado por numerosas y complejas incertidumbres. Para ello las familias riojanas deben seguir una regla de oro: la del '50/30/20'. Consiste en coger los ingresos mensuales y dividirlos en porcentajes de manera que las necesidades primarias queden cubiertas (con el 50%); sea posible darse un capricho (con el 30%) y ahorrar para el futuro (con el 20%). Este método permite llevar un control mensual de las finanzas particulares ya que uno mismo fija su límite de gasto tras restar el ahorro que considera que debe hacer a los ingresos.

Alberto Falces | Profesor de Ingeniería Eléctrica de la UR

«El principal factor de ahorro energético en la viviendaes un buen aislamiento»

Alberto Falces arranca la entrevista con una frase que pide mármol: «Ahora mismo en el sistema eléctrico se está operando sin pies ni cabeza; nadie de los que estamos en este tema lo entendemos, porque en plena crisis, con los precios del gas por las nubes, estamos utilizando para producir energía más gas que nunca, en lugar de usar otras fuentes alternativas como el carbón e incluso la nuclear». «No sabemos –dice – por qué se está haciendo así».

– Porque España ha apostado por las renovables.

–Pero, al final, ¿merece la pena hacer tanto daño a la gente?

– La cuestión es que toca ajustarse el cinturón. ¿Cuáles son sus consejos?

– El principal factor de ahorro es un buen aislamiento de la vivienda y, si hay posibilidad, instalar paneles fotovoltaicos. Además ahora es recomendable pasar del mercado regulado, que se ha vuelto carísimo, una locura, al mercado libre. Este también se ha encarecido por la excepción ibérica, pero aún así, el regulado sigue siendo más caro. También es muy importante calcular la potencia que consumen los aparatos eléctricos y el tiempo que están conectados para saber cuál es el gasto que tenemos. Y, asimismo, tener en cuenta los aparatos que consumen poco, pero están todo el día funcionando: el router del ordenador y la televisión, entre ellos.

– ¿No es complicado para el consumidor saber cuánta luz consume cuando la mayoría no entiende la factura?

– Lo más importante de la factura es el término energía. Y, sí, se trata de un cálculo muy fácil porque lo que hay que mirar son los kilovatios/hora que se gastan y los precios.Además existen unos monitores baratos que permiten medir el consumo en tiempo real, anticipar cuánto se va a pagar y hasta reclamar si te han facturado de más porque actúan como contadores.

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