«Ni yo me he vuelto socialista ni Andreu del PP, este es un premio al servicio público»

– ¿Le sorprendió que le nombraran 'Riojano Ilustre'?

– Sinceramente, no. Ya en su día tomé la decisión de darle la medalla al último presidente de la Diputación, Joaquín Ibarra, luego, en el año 2002, a los expresidentes del Gobierno de La Rioja, y más tarde, en 2008, a todos los consejeros que habían participado en los diferentes ejecutivos. Fue aquel un gesto aceptado por todos los partidos políticos, aunque en principio pudo rechinar. Cuando yo di las distinciones a los expresidentes, tres eran del PSOE, uno del PR y otro del PP. Pero no se trataba de colores, sino de dar un reconocimiento a una institución. Por eso entendía que tarde o temprano esa distinción llegaría. Nadie se va a creer que yo me haya pasado al PSOE ni que la presidenta se haya hecho del PP. Hay diferencias sustanciales de proyecto ideológico, pero hablamos de un reconocimiento a las instituciones de los riojanos. Me parece lógico y normal.

– ¿Qué le dijo Concha Andreu cuando se lo comunicó?

– Fue una conversación a última hora, pero ya me lo habían trasladado antes e incluso me habían felicitado sin que nadie me hubiera dicho nada. Yo le agradecí la distinción a ella y al Consejo de Gobierno.

– ¿No da una cierta sensación de casta esto de ver a políticos premiando a otros políticos, aunque sean de signo opuesto?

– Si queremos que la política se acerque a los ciudadanos y viceversa, hay que ver las cosas de otra manera. Es el reconocimiento a un servicio público. La Rioja es una de las pocas comunidades autónomas en las que los expresidentes no tienen ninguna distinción, ningún reconocimiento. Me parece una pérdida de la memoria y de la historia. Creo que todos los presidentes, todos sin excepción, han puesto lo mejor de sí mismos para trabajar en pro de la comunidad autónoma y de sus instituciones. Eso conviene reconocerlo.

– Comparte galardones con Carmen Chover y con La Barranca. ¿Le gusta la compañía?

– No me disgusta. Por mi parte, solo cabe felicitar a la Riojana Ilustre, al Riojano de Honor y a las Medallas de La Rioja, con independencia de las diferencias ideológicas que podamos tener. No tengo ningún reparo ni ninguna crítica que hacer.

– Los mismos que ahora le conceden este título le han llamado corrupto, cacique, manipulador... ¿Cómo explicamos eso a la ciudadanía? ¿No puede provocarles perplejidad?

– Al revés. Creo que deben sentir todo lo contrario. Muchas veces criticamos a los políticos porque lo único que hacen es enfrentarse. Los ciudadanos aplauden cuando hay entendimiento, concordia y colaboración entre colores diferentes. Hay que verlo con naturalidad. No podemos estar siempre en el pimpampum. Por eso hablaba antes de la necesidad de reconocer el servicio público.

– Veinte años en el gobierno dan para mucho. ¿Qué legado suyo considera irrebatible más allá del debate ideológico?

– Uno de los hitos más importantes fue dotar a La Rioja de mayor identidad y proyectarla a nivel unviersal. La designación de San Millán como Patrimonio de la Humanidad sacó a La Rioja del anonimato. Y creo que la capacidad de autogobierno y de autonomía no llegó hasta que llegó al gobierno el Partido Popular. En 1995, el presupuesto de esta comunidad autónoma, expresado en euros, eran 171 millones. Hoy estamos en unos 1.300 millones. Y eso se explica por todas las transferencias que se llevaron a cabo durante mi gobierno: la UR, la educacion no universitaria, la sanidad, los servicios sociales, justicia... Llegamos al techo competencial que nos daba el Estatuto y con obras de referencia, como el hospital San Pedro, que es uno de los hitos de mi gestión. Podemos hablar también del Riojafórum, del Palacio de Justicia, de los centros tecnológicos, del aeropuerto, de las presas... Por encima de eso, y no como obra mía, sino de todos, está el haber generado un sentimiento de pertenencia a LaRioja con orgullo. Siendo la comunidad más pequeña, hemos demostrado ser capaces de gestionar competencias importantes y superar a regiones que se consideraban históricas.

– A su antecesor en la presidencia, José Ignacio Pérez, le acaban de nombrar presidente del Consejo Consultivo. ¿Volveremos a ver a Pedro Sanz en algún cargo?

–Eso nunca se puede decir. Yo estoy dispuesto a colaborar en la medida de mis posiblidades si alguien me lo pide. Pero no me planteo nada.

– ¿Echa de menos la adrenalina de la política?

– Rubalcaba decía que había que buscar alguna fórmula de descomprensión en la política y a mí, cuando dejé la Presidencia del Gobierno, la Vicepresidencia del Senado me sirvió para eso. Pero sí es cierto que cuando uno deja la Presidencia y la gestión diaria después de veinte años no lo pasa bien. Pero eso ya está superado.

– No me resisto a hablar con usted de la situación del PP en La Rioja...

– Pues yo no venía a eso. No es el momento.

– Al menos sí me gustaría saber si confía usted en que se pueda llegar a una lista de unidad.

– No tengo ni idea. Si yo tengo que agradecer a alguien haber sido presidente de la comunidad autónoma, debo empezar por mi partido y por los afiliados, que me pusieron como candidato en el año 95 aunque nadie daba un duro por mí. Así que le deseo alPPlo mejor y espero que imperen la cordura y el consenso para volver al Gobierno. Pero repito que no es el momento de hablar de política.

– O sea, que no me va a decir si va con Alfonso Domínguez o con Alberto Bretón...

– No, no voy a decir nada. Este es un momento institucional.

– Vox cuestiona el estado de las autonomías hasta el punto de pedir que se devuelvan competencias. Usted, que ha presidido una comunidad durante veinte años, ¿qué les diría?

– Que es un error político, más aún después de la experiencia que hemos tenido en esta comunidad autónoma. La Rioja nunca ha sido más que desde que asumimos el autobierno. El autogobierno ha servido para profundizar en nuestras raíces, para ser capaces de gobernar por nosotros mismos y no tener que ir a Madrid cada vez que se rompía un cristal en una escuela. Sería un retroceso total destruir ese ambito territorial en nuestro país. Todos los territorios hemos crecido internamente, pero también hemos hecho crecer al conjunto de España. Eso es vital.