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La declaración de Obligación de Servicio Público (OSP) para los vuelos entre Logroño y Madrid es la principal reclamación que se hace desde La Rioja para el aeropuerto de Agoncillo, con el fin de aumentar su frecuencia y reducir los precios de los billetes, ... para hacerlos más atractivos. «Pero no conseguimos desbloquear esa situación», asume con pesar el director general de Infraestructuras del Gobierno regional, Vicente Urquía. No se resigna «porque no vamos a tirar la toalla hasta que nos digan que es imposible», pero reconoce la dificultad. «Nuestra petición se tramitó sin problema ante el Ministerio de Transportes y Movilidad», explica, pero un informe de la Oficina de Cambio Climático «lo ha paralizado».
Porque una OSP «aumenta las emisiones» –lógicamente, si hay más vuelos– y la legislación nacional y la europea son «muy claras y tajantes en ese sentido y no quieren más emisiones. Y menos con proyectos subvencionados con fondos públicos. No damos nada por zanjado pero la situación está complicada», reitera Urquía. Pero asegura que el Ejecutivo riojano «no está con los brazos cruzados» y en previsión de no conseguir para el vuelo a Madrid la declaración de servicio público «nuestro objetivo ahora es aumentar el número de frecuencias».
Actualmente hay vuelos de ida y vuelta a la capital en el mismo día los miércoles y jueves «y además hay uno que sale el lunes y regresa el martes y otro que parte el viernes y vuelve el domingo». Urquía reconoce que salvo las operativas de miércoles y jueves, «el resto se quedan escasas. Estamos trabajando para aumentar esos viajes en los dos sentidos en una misma jornada».
En la última reunión de la comisión aeroportuaria de la terminal de Agoncillo, con la presencia de representantes del Gobierno regional y de la patronal y sindicatos, «quedó clara que la prioridad es mejorar e impulsar los vuelos a la capital de España. El aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas es una gran puerta al mundo desde el punto de vista de los negocios y del turismo y desde La Rioja también queremos aprovecharla».
Pero Vicente Urquía asegura que su departamento tiene otros frentes abiertos con el objetivo de reflotar el aeródromo. Desde el punto de vista de los pasajeros, «hay una empresa húngara, Wizz Air, que tiene un par de vuelos semanales a Bucarest desde Zaragoza. Estamos en contacto con Aena para que también se pueda hacer un viaje desde Agoncillo porque aquí hay una colonia importante de rumanos y puede ser una operativa interesante».
Pero la última palabra la tiene «la iniciativa privada, como nos pasa con los chárters. ¡Claro que nos gustaría tener más! Porque cuando se organizan, creo que tienen buenos resultados». Otras ideas para desarrollar nuevos usos en el aeropuerto como una escuela de pilotos o una unidad de drones «tienen difícil desarrollo». Sobre todo el segundo caso «porque tenemos muy cerca la base militar y es un factor limitador para poner en marcha nuevos proyectos».
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