Un vuelo con diez escalas

Ese fue, sin embargo, el momento en que una mujer por fin encontró un hueco en el gobierno riojano. El 29 de julio de 1987, Carmen de Miguel Gil (PP) no solo se convertía en la primera consejera de La Rioja, sino en la primera mujer que asumía una cartera autonómica en toda España. De Miguel dirigió el departamento de Educación, Cultura y Deportes. «Me dio la impresión de que en aquel momento mi nombramiento se recibió como un toque de exotismo -recuerda hoy-. No es que hubiera reticiencias; era más bien una sensación expectante, de 'a ver por dónde nos sale esta chica'».

Carmen de Miguel estuvo en el cargo año y medio, pero abrió un camino que poco a poco fue poblándose de seguidoras. Hasta hoy, 10 mujeres (y 55 hombres) han sido consejeros del Gobierno de La Rioja. «La mentalidad ha cambiado mucho -reconoce-. Si miro hacia atrás, seguro que encontraría ejemplos de actitudes que hoy consideraríamos machistas, pero que entonces nos pasaban desapercibidas. Las considerábamos normales. Quizá más que actitudes propiamente machistas, notaba cierto paternalismo».

Cuando José Ignacio Pérez Sáenz (PSOE) llegó al poder, en coalición con el PR, La Rioja tuvo su primera vicepresidenta: la regionalista Elvira Borondo. En aquel Ejecutivo había otras dos consejeras, ambas socialistas y ambas con notable peso político: Carmen Valle (Presidencia) y Ana Leiva (Agricultura). Las tres se mantuvieron en el cargo durante los dos periodos en que gobernó Pérez Sáenz, entre los años 91 y 95. Después, la presencia femenina durante el primer gobierno de Sanz se redujo a una persona, Aránzazu Vallejo, que fue adquiriendo relevancia hasta convertirse en el año 1999 en «vicepresidenta a efectos de sustición del presidente», amén de consejera de varios departamentos (Obras Públicas, Turismo). El último peldaño hacia la igualdad lo subió José Ignacio Ceniceros, cuyo gobierno (3 consejeras/4 consejeros) se acercó a una paridad que nunca pareció preocuparle mucho a Pedro Sanz.

Concha Andreu acaba hoy de culminar ese vuelo que inició Carmen de Miguel en el año 1987 y que tanto tardó en despegar. «Me parece fantástico que una mujer ocupe la jefatura del Gobierno -apostilla De Miguel-. Pero ahora debemos juzgarla por sus actos, con toda normalidad. Por ser mujer no deberíamos ni ensalzarla ni vituperarla».