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Confianza en las vacunas, responsabilidad y tranquilidad pese a las consecuencias de la fatiga pandémica son los ejes en los que se insiste desde la Dirección General de Salud Pública.
– ¿Ha ido la administración de la segunda dosis de refuerzo frente al COVID peor ... de lo esperado?
– Por encima de los setenta años, con entre el 70 y el 75%, estamos moderadamente contentos, pero es indudable que hay una fatiga pandémica y sabíamos que los niveles de cobertura iban a ser menores. No obstante, queremos creer que todas aquellas personas vulnerables y las que conviven con ellas sí que hayan dado el paso para vacunarse. Esa era la estrategia y, viendo que no están aumentando los casos graves o muy graves en UCI ni tampoco en la mortalidad, tenemos que seguir apoyándola.
– ¿Hay que convivir con esto?
– A mí no me gusta la palabra normalizar la enfermedad, pero sí que es cierto que hay que adaptarse y sin esa situación tan estresante que tuvimos.
– ¿Hay que insistir en las bondades de la vacunación frente a lo que pueda llegar con este invierno que comienza ahora?
– Todas las campañas de vacunación se han adelantado porque se han adelantado también los virus. Otros años a estas alturas no teníamos el nivel de infecciones que ahora tenemos. Lo que pasa es que se ha dado una situación inédita hasta ahora, que han aparecido todos los virus a la vez, el de la gripe, el sincitial respiratorio y otros. De ahí la situación de picos en Urgencias y Atención Primaria.
– Ahora se ha abierto la puerta a la vacunación de la cuarta dosis frente al COVID para los menores de 60 años. ¿Qué esperan?
– Bueno, lo primero que hay que aclarar es que esta no es una campaña en sí para todos los menores de 60 años, sino que va dirigida a aquellos que tienen que hacer un viaje a una zona que la necesita o que van a estar con personas muy vulnerables. No se llama a la vacunación global.
– ¿Hay dosis suficientes? ¿Ha habido que destruir algunas?
– Sí, dosis hay más que suficientes, rondarían las 50.000. En la cantidad de dosis disponibles y en la distribución no hay ahora absolutamente problema alguno. Ahora tenemos las bivalentes, las adaptadas y con cobertura para dos cepas. Recientemente, no ha habido que destruir ninguna porque se amplió la fecha de caducidad de algunas y están guardadas a -20 grados. La últimas que hubo que desechar fueron hace ya varios meses.
– La vacunación pediátrica también se ha estancado.
– La Rioja tiene unas coberturas en todas las edades por encima de la media nacional y a veces con unas diferencias importantes, en el caso de la pediátrica de más de 12 puntos. Por eso, hay que felicitar a los riojanos, que realmente han tenido esa conciencia. En el caso de los niños, hay que tener en cuenta que existe la sensación, por otra parte real, de que el riesgo de enfermedad grave es menor.
– Y la pregunta del millón: ¿qué escenario nos espera en el futuro inmediato?
– Si algo hemos aprendido es que es muy difícil augurar qué vamos a tener. Lo que sí está claro es que la gravedad de estas variantes no es la misma, que aunque sean más contagiosas no hay escape inmunitario y la vacuna sigue funcionando y, por último, que todas las medidas que conocemos y debemos usar responsablemente si tenemos síntomas o nos encontramos mal, como la mascarilla o la distancia, son efectivas.
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