«Quien vive en el casco viejo sabe lo que hay»

El siguiente lector del Teléfono de hoy quiere quejarse de la gente que se queja de la hostelería y, de paso, les hace una pregunta: «Cuando salen y quieren sentarse en una terraza o entrar en bar porque son fiestas y quieren tomarse, por ejemplo, un cubata ¿entonces ustedes no creen que molestan?» Él considera que en esta vida hay que ser solidarios, y respecto a los vecinos del casco antiguo que se quejan por el ruido añade: «Cada uno sabe dónde se compra un piso. Los que van al casco viejo saben dónde van y si no, pues mira está Almarza o Torrecilla», enumera a modo de ejemplo.

La siguiente es una llamada para sumarse al comentario de otro lector que resumió en tres los problemas graves de Logroño. Mencionaba el ruido de las motos y está totalmente de acuerdo. «Aprovecho esta sección para pedirle a la Policía Local de Logroño que monte un operativo con coches camuflados porque, en cuanto les ven, bajan el pistón. Al final son entre 15 y 20 chavales, son siempre los mismos y se dedican a hacer recorridos por la Gran Vía, Pérez Galdós, Vara de Rey..., cuando pasan nos rompen los tímpanos y luego ya se van a las afueras a meter todavía más ruido». Considera que es un asunto que hay que abordar con interés y obligaría a poner en marcha con urgencia una operación de vigilancia «para poder cazarlos y meterles unas buenas multas, porque es lo único que funciona. No creo que sea tanto pedir», mantiene.

Respecto a las letras monumentales que reproducen el nombre de Logroño en El Espolón, una mujer considera que es algo ya muy visto y que no hace sino copiar lo que han hecho otras con anterioridad. «Pido un poco de imaginación, por favor. No sé si fue Vitoria o qué ciudad la que las puso como novedad y luego todos los demás como borregos». Su queja va más allá y se refiere también a la moda de los murales. «Lo suplico, ni uno más, ni tampoco más esculturas de bronce reproducción oficios o personajes célebres», señala para pedir mayor innovación.

La placa de la imagen está en la esquina de la calle Murrieta con Navarrete el Mudo. Se puede leer 'Marques' sin tilde. Será –dice– «para que los extranjeros se confundan y entiendan una cosa por otra, para que los jóvenes no den importancia a los signos y sean cada día más ignorantes». En la 'cuna de la lengua', esta falta ¡debería estar castigada! ¡Parece puesta a mala leche!», afirma.