El viernes (negro) más falso

Sobre todo en internet. El volumen de envíos durante estos días se multiplica, y pone a prueba al sector de la logística en España. Las principales empresas llevan semanas preparándose, y lo hacen con motivo: las empresas de paquetería y logística moverán en el país 3,5 millones de paquetes el lunes siguiente al Black Friday (viernes 29 de noviembre), el 10% más que en 2018.

Las estadísticas en este asunto son un poco complicadas, pero según Deloitte, que es una de las principales consultoras en cuanto a estudios de mercado, cada español se gastará alrededor de 127 euros en compras en las próximas fechas; y es que con el tiempo la tajada de Navidad se ha ido repartiendo. Así, alrededor del 23% de lo que los españoles gastan en compras navideñas ya cae en los últimos días de noviembre y primeros de diciembre, coincidiendo con este 'viernes negro'. Los de Google, que algo saben de esto, estiman que durante esta semana se moverán en España unos 1.660 millones de euros, alrededor del triple que en una semana normal.

El producto estrella sigue siendo la tecnología, seguido de cerca por la ropa. Pero hay un producto «transversal» que va ganando terreno, aunque sea muy difícil de cuantificar por su propia naturaleza: las falsificaciones. Y según cuentan en el sector, el Black Friday es campo abonad para ellas.

Y es que uno se asoma a la pantalla de su dispositivo para comprar estos días y espera ver grandes descuentos. Luego, como demuestran año a año las asociaciones de consumidores, esos descuentos no son tan fieros como los pintan, y requieren de mucho tiento e incluso de un poco de seguimiento de los productores deseados durante las semanas previas.

El caso es que esa caza de chollos facilita la compra de productos falsos. Comprar un producto 'fake' en la web tiene un doble peligro. El primero, los lógicos riesgos de seguridad y salud que adquiere quien compra un producto que ha sido producido ilegalmente y que, por tanto, no tiene ningún tipo de control por autoridad de ningún tipo. Y más aún, cuando han aumentado mucho (el 14% de total) los decomisos de juguetes falsificados. Un producto demasiado sensible para andar con riesgos.

Además, para el consumidor queda que en estos productos no existe garantía: ninguna regulación protege al receptor. Aún así, hay quien elige la compra de productos ilegales a sabiendas, aunque bien haría en adoptar precauciones.

Pero según denunciaba hace unos días ANDEMA (la Asociación para la Defensa de la Marca, que lucha contra las falsificaciones), el Black Friday hace también que público menos avezado se asome a la red, y que pueda acabar adquiriendo gato por liebre.

En realidad, en las compras online se aplica lo de siempre: si parece demasiado barato para ser bueno, probablemente no lo sea. Conviene, pues, desconfiar de webs desconocidas que ofrecen productos muy por debajo de resto, y con poca información sobre los mismos.