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Adrián Fernández, de 28 años, estudia el grado de Matemáticas en la Universidad de La Rioja y es uno de los alumnos afectados por el problema del transporte. «Hay días en que sales de clase, vas a comprar el billete y, o llegas muy pronto ... o te quedas allí en la estación. Puedes llegar a las 14.20 horas [el autobús que toman la mayoría de los estudiantes de Calahorra sale a las 14.45 horas] y ya no hay billetes», relata Adrián Fernández.
Esto puede dejar en Logroño a una docena de personas, que se ven obligadas a esperar hasta las 16.30 horas para poder coger otro autobús. Los billetes son para los primeros que llegan, si bien es cierto que desde la web taquilla.jimenezmovilidad.es es posible adquirirlos con antelación e información sobre itinerarios, paradas y plazas libres. «Cuando te levantas por la mañana para ir a clase y te quedas sin poder viajar [07.30] te cagas en todo, porque, encima, el siguiente autobús es a las 08.45 y para cuando llegas [09.50] te pierdes dos o tres horas de clase», confiesa Adrián Fernández. Y otra odisea es el regreso. «El lunes anterior me pasó que vas a la parada del Rectorado todo contento a las 14.45 horas y el autobús está lleno.»
Incluso, el jueves pasado se quedó fuera gente en la propia estación de autobuses, cuenta el estudiante de Matemáticas. En ese caso, se queda colgado casi dos horas sin poder regresar a casa. «Entonces te vas a la biblioteca a estudiar, aunque pierdes media hora entre que vas, vuelves y coges el siguiente autobús», cuenta Fernández, quien señala que el autobús de regreso lo toman muchos estudiantes de Arnedo que hacen transbordo en El Villar de Arnedo y, cuando lo hacen, provocan que sus plazas se queden libres después, a mitad de trayecto.
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