La Rioja aprueba el Presupuesto del COVID, el mayor de la historia

La del frontón es una buena metáfora para tratar de describir qué sucedió ayer en el Parlamento regional. La oposición (Cs y PP) y la diputada de Izquierda Unida –la de Podemos se limitó a mirar cómo vota la bancada socialista y a replicar el gesto– habían puesto sobre la mesa más de 800 modificaciones y todas las que llegaron vivas a la sesión de ayer murieron estrelladas en el frontis. Igual dio su trascendencia, su importe, su oportunidad o su necesidad. Ninguna logró hacerse un hueco en el articulado de la norma presupuestaria. Solo dos –previamente pactadas entre todos los grupos– lograron sobrevivir: corregían errores de redacción.

El debate –si es que en algún momento lo hubo– más que a la teoría del frontón respondió a la del teléfono escacharrado, tan ajena a cualquier manual serio de teoría política como habitual en sede parlamentaria. Quizá para hacer más fluido el diálogo, se agruparon las enmiendas (mas ó menos) por consejería afectada. Dio igual. Salvo Henar Moreno (IU) y Begoña Martínez Arregui (PP), al resto de diputados les costó, (alguno renunció) ceñirse a la materia en cuestión y optaron por salirse del guion.

Pablo Baena (Cs), por ejemplo, aprovechó sus dos primeras intervenciones para acusar a Andreu –ayer vestida de morado– de podemita, de «elegir el populismo, alejarse de la moderación, de la gestión eficaz para abrazarse a los que solo les importan los sillones» y para denunciar su «nula voluntad negociadora» durante la redacción de las Cuentas de este 2021. Sin rastro de enmiendas. Como él, también Carlos Cuevas (PP) – «esto es un petacho mal redactado»–, Sara Orradre (PSOE) –especialmente incisiva en el debate de la Ley de Medidas Fiscales, que también fue aprobada ayer sin enmienda alguna– o Raúl Díaz (PSOE) –«siguen enmendando igual de mal que presupuestaban»–, aprovecharon, en mayor o menor medida, su intervenciones para cierto desfogue ideológico.

Quizá lo hicieron porque, a modo de innecesario 'spoiler' –como en Titanic, todos ayer sabían que las enmiendas acabarían por hundirse–, Raúl Díaz les avanzó en su primera intervención qué sucedería siete horas después: «Vamos a rechazar las enmiendas con la misma firmeza con que rechazamos las de la totalidad».

«Nuestras enmiendas son equilibradas y están centradas en lo importante, en ofrecer soluciones a los riojanos. Incorporamos un esfuerzo para el sistema educativo, sanitario y de servicios sociales para atender a todos los riojanos, sin sectarismos», protestó Pablo Baena antes de que Carlos Cuevas (PP) pusiera el grito en el cielo: «Estos presupuestos han sido diseñados por alguien que solo sabe gastar, sin objetivos», acusó a los grupos que sujetan la mayoría parlamentaria de Andreu. Para Cuevas, tienen dos errores de bulto: «Más gasto en deuda y entregas a cuenta del Estado absolutamente infladas. Van a ser una pesadilla y en el 2023 tendremos que pagar las facturas».

Henar Moreno (IU) les negó la mayor. No solo reiteró su ya verbalizado apoyo a las Cuentas, sino que tildó las enmiendas de PP y Cs como 'la carta a los Reyes Magos'. «Hacen creer a los ciudadanos que el dinero cae del cielo. Los únicos populistas e irresponsables son ustedes», les espetó.

Monólogos (cuando no soliloquios) al margen, solo en tres puntos hubo algo de debate. El primero, el sistema de concurrencia competitiva activado el año pasado para la concesión de ayudas para el desarrollo de actividades de toda índole (que aireó críticas mutuas entre PP y PSOE) y la petición de sacar de ese sistema a la Asociación de Bodegas Familiares. Lo más difícil sucedió: IU y PP se pusieron de acuerdo... pero el PSOE tumbó la enmienda. También en la financiación de la educación riojana, donde Teresa Villuendas (PSOE) acusó a la oposición de enmendar solo en favor de los concertados, Henar Moreno defendió la red públicay Begoña Martínez demandó más inversión en la zona rural. El último, la cuentas de la Consejería de Raquel Romero (que se marchó del Hemiciclo en ese punto). «No sirve para nada. Que les corten la cabeza», dijo Cuevas citando el clásico de Lewis Carroll después de que Cs reclamara su disolución.

Todos conocían el final, pero había que completar el guion. La Rioja ya tiene Presupuesto. El frontis resistió todos los pelotazos.