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Óscar García Agustín se trasladó a Dinamarca en el 2003, donde trabaja como profesor de la Universidad de Aalborg. Cada Navidad acostumbraba a regresar a Logroño, pero este año no será así. «Hay bastante incertidumbre en general y poca claridad sobre como se desarrollará todo. ... Nosotros somos cinco en total y solemos quedarnos en casa de mis padres. Esta vez no parece la mejor opción», confiesa Óscar, quien también advierte de que «el Gobierno danés desaconseja viajes innecesarios, por lo que creo que hablamos de una responsabilidad colectiva más que de una decisión individual».
En Dinamarca la situación «es bastante más ligera, si la comparas con lo que ha sucedido (y sucede) en España, el número de contagios en marzo fue bastante bajo y apenas subió en abril, por lo que los servicios sanitarios no estuvieron en riesgo de colapso y el número de fallecidos fue bajo». El profesor opina que «el Gobierno reaccionó pronto con el confinamiento para evitar la expansión de contagios». Le hubiera gustado venir a visitar a la familia, de hecho, «gran parte de mayo y junio lo usé para seguir la incidencia del COVID-19 en España y ver si se permitían los vuelos» pero «desafortunadamente no fue así». «Lamento mucho no ir, sobre todo porque en verano no regresé con la esperanza de que la situación fuera a mejor y ahora está peor», añade Óscar.
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