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Las autoescuelas son para el verano. Acabada la EBAU y el curso universitario, los jóvenes riojanos aprovechan el parón veraniego p ara cumplir con otro de esos ritos de la mayoría de edad. Antes, era preceptivo, hoy en día, el interés por el carné de ... conducir ha descendido sensiblemente y muchos aparcan este clásico objetivo para más adelante o, simplemente, lo dejan. Pese a ello, este periodo estival llenan una vez más de actividad las autoescuelas y las pistas de exámenes, con el consecuente atasco, y es que completar todo el proceso en estos pocos meses de verano parece una misión imposible.
La pandemia provocó un tapón en los exámenes de conducir que tardó tiempo en desatascarse, si es que se ha hecho. Beatriz Zúñiga, jefa provincial de Tráfico en La Rioja, asegura que «es un problema totalmente solventado, a día de hoy, en pistas tenemos lo habitual», mientras que José Antonio Rodríguez Pin, presidente de la Asociación Riojana de Autoescuelas y gerente de la autoescuela DPin, señala que «todo este atasco nunca lo habíamos tenido, es una situación novedosa, lo normal antes era aprobar el teórico, pasar el coche y a examinarse, seguido».
Los retrasos sufridos en el proceso de obtener la licencia de conducción tienen varias causas y la escasez de profesores de autoescuela es ahora la que más preocupa. «Tenemos un importante déficit, ha habido jubilaciones en los últimos años que están costando cubrir», explica Rodríguez Pin. A nivel nacional, se estima que faltan cerca de 3.000 profesores, una problemática que la DGTtrató de solventar en una reciente convocatoria de formación. Se trata de una profesión en la que no existe paro, altamente demandada, pero mientras los nuevos profesionales llegan, la situación afecta notablemente a los alumnos, que deben esperar en ocasiones varios meses para recibir clases al volante en sus autoescuelas tras aprobar la teórica.
Otro de los motivos de los atrasos, denuncian las autoescuelas, es la falta de examinadores en La Rioja. «Llevamos muchos años con escasez», comenta el presidente de la Asociación de Autoescuelas, señalando que actualmente hay cinco en activo, «muy poco para lo que se nos avecina». Sin embargo, desde la jefatura de Tráfico, informan de la incorporación de un examinador más entre agosto y septiembre, lo que dejará la plantilla riojana en seis. Además, Beatriz Zúñiga subraya que «entiendo que no tenemos tapón cuando hay examinadores que algunos días se quedan en la jefatura porque no tienen alumnos que examinar».
El verano es otra cosa. Todos redoblan esfuerzos para esta época en la que alcanzar esa tradicional meta del permiso de conducirB (para turismos, el más extendido). «Ocurre siempre y desde la asociación lanzamos campañas para que la gente venga el resto del año, que se lo tome como una extraescolar que quita una hora al día y así se evitaría el agobio del verano», comenta Rodríguez Pin, y es que «esta es la peor época para sacarse el carné».
«Ahora se junta la capacidad de la jefatura para hacer exámenes con la dificultad de las autoescuelas para dar clases a todos», añade Zúñiga a la hora de analizar la situación estival, tiempo en el que, comenta, los examinadores no reducen su jornada una hora como otros funcionarios, de forma que se pueda asumir un mayor número de pruebas. Estas cuestiones convierten en la obtención del permiso en un proceso largo, que no se puede encarar en un verano. «Pasa mucho que alumnos que aprobaron la teórica el año pasado vienen ahora a las clases prácticas», indica Rodríguez Pin.
2.987 permisos B
se expidieron en La Rioja el pasado año, la cifra más baja de la serie histórica
Las costumbres se repiten, pero el interés de los jóvenes disminuye. En el último lustro ha descendido un 5% el número de riojanos menores de 30 años al volante. Además, según la DGT, en el año 2010 el 86% de los nuevos carnés correspondía a jóvenes, mientras que diez años después, esa proporción descendía al 66%.
«Recuerdo hace años jornadas de exámenes teóricos con turnos de mañana y tarde sin parar, eso ahora no pasa», apunta Beatriz Zúñiga, mientras que José Antonio Rodríguez siente que «esa ilusión que había antes por sacarse el carné al cumplir los 18 años ya no existe». Esta cuestión generacional tiene una justificación en las nuevas formas de movilidad, desde las aplicaciones para compartir coche hasta la proliferación de las bicicletas y los patinetes, medios de transporte más sostenibles, activos y económicos. Otros tiempos, otros hábitos.
La cuestión monetaria es la gran barrera para los jóvenes. Además del coste que implica el proceso de obtención del permiso –estimado en torno a 1.000 euros–, debe sumarse después el que implica el coche, la gasolina, el seguro, el mantenimiento... Altísimos gastos para una cuestión que ha perdido su prioridad entre la juventud y la población en general:cada vez se expiden menos carnés de conducir. El pasado año arrojó la cifra más baja de la serie histórica, con 2.987 permisos tipo B, mientras que este 2023, a la espera del repunte veraniego, sólo llega a 1.196.
No es tarea sencilla sacarse el carné de conducir y el aumento de la exigencia de las pruebas en los últimos años no ha hecho más que dificultar la papeleta para los aspirantes. Los datos lo reflejan, y es que sólo en 44% de los exámenes de circulación en La Rioja fueron aprobados el pasado año, lo que deja más de la mitad de suspensos de aquellos que llegan a la fase definitiva.
Este porcentaje se encuentra entre los más bajos a nivel nacional y por debajo de la media del 49%. De 8.244 pruebas prácticas realizadas en 2022 sólo se aprobaron 3.668. En cuanto a la teórica, La Rioja sale mejor parada, ya que el 57% de las pruebas fueron aptas, ligeramente por encima del cómputo nacional (56%).
Los expertos avisan de los errores más comunes en los exámenes de circulación, a tener en cuenta por los alumnos antes de enfrentarse al reto:No comprobar los retrovisores antes de cualquier maniobra, frenar bruscamente en los carriles de aceleración o deceleración, olvidar los 'Stop' y cedas así como los peatones que cruzan los pasos de cebra, fallar en las rotondas a la hora de acceder, indicar la salida o ceder el paso, no adaptar las luces del vehículo a las condiciones exteriores, no dejar suficiente distancia lateral con otros coches o ciclistas...
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