«Vengo a La Rioja a entregarme con toda el alma, como si fuera la única y última diócesis»

El nuevo obispo llega con muchas ganas de continuar la labor de Omella y Escribano: «Ambos me han dicho que estuvieron aquí encantados»

África Azcona

Logroño

Sábado, 15 de enero 2022, 20:37

Es manchego, químico y con espíritu ecuménico. De vocación tardía, aunque con 55 años se haya convertido en uno de los obispos más jóvenes, llega con la mano tendida a otras religiones. También es devoto de la Virgen de Peñarroya, la patrona de La Solana ( ... Ciudad Real), donde, antes de mudarse a Madrid, vivió hasta los 10 años mientras su padre trabajaba como empleado de banca. Así es Santos Montoya, el nuevo obispo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño [ha logrado decirlo del tirón], a donde viene con el encargo del papa de servir con «apertura, valentía y disponibilidad».

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- ¿Conocía la vacante riojana?

- Sí, y no era la única. Ahora mismo hay otras pendientes de nombramientos como Plasencia, San Sebastián..., y habrá más porque hay un grupo de obispos de 75 años, alguno de más edad, que van a tener que ser sustituidos a lo largo de este año.

- ¿Esperaba su nombramiento?

- No. Fue una sorpresa. Me cogió en plenas navidades, casi comiendo el turrón, y cumpliendo con mi labor pastoral en Madrid. Pero estoy feliz con esta nueva etapa. El 5 de marzo tomaré posesión en Calahorra y luego habrá celebraciones de presentación en Santo Domingo y en la concatedral de La Redonda.

- ¿Cuál ha sido su labor como obispo auxiliar de Madrid?

- Madrid está dividida pastoralmente en ocho zonas. La mía empieza en la calle Alcalá, una de las más largas de la ciudad, y termina en los extrarradios, hacia Barajas. Entre sus peculiaridades está que reúne un gran número de comunidades consagradas, unas mil, y muchas parroquias. He tenido que hablar personalmente con muchos sacerdotes, ya que muchas de las parroquias son casas religiosas que realizan una labor callada, pero muy importante. Las Hijas de la Caridad son un ejemplo: reparten mil comidas cada día.

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- ¿Qué conoce de La Rioja? ¿Está al corriente de lo que ocurre en la Comunidad?

- Físicamente, poco. Estuve hace años en Valvanera y me pareció un sitio realmente bonito. Sé que es una tierra de gente recia, honesta, con una fe añeja..., y luego, claro, está el vino Rioja. En el ámbito eclesial, Logroño siempre ha tenido fama. Es una diócesis histórica con prelados de renombre.

Presentación oficial en Calahorra

«Habrá actos también en Santo Domingo y en Logroño»

-Juan José Omella y Carlos Escribano, a quien coge el testigo, ¿le han puesto en antecedentes?

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-Sí, claro. He hablado con los dos. Me llamaron para darme la enhorabuena como otros muchos hermanos obispos. Omella me dijo que era una muy buena tierra y que estuvo encantando, mientras que Escribano, aunque solo permaneció cuatro años, también me destacó las raíces profundas de esta región.

- Ambos han pasado luego a diócesis muy relevantes. ¿Se ha convertido La Rioja en trampolín?

- No me gusta ese término porque se puede entender que hay diócesis de primera y de segunda. Una diócesis es un destino pastoral y hay que entregarse con toda el alma, como si fuera la única y la última diócesis, y no para estar hambreando otras realidades, que es lo mismo que no estar en ningún sitio. Uno tiene que ir con todas las de la ley. Yo solo veo delante un lugar donde trabajar y continuar la labor de mis antecesores.

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La Rioja

«Estuve hace unos años en Valvanera y me pareció un sitio precioso»

- ¿Ya ha fijado los retos de su primera etapa?

-Lo primero es entrar en relación con lo que se está haciendo. Por lo que he hablado con el administrador, Vicente Robredo, y con otros responsables diocesanos y por lo que he podido consultar en la web, es una diócesis muy estructurada, con todo un plan pastoral... No es como llegar a un solar y tuviera que medir todo para ver qué hacemos aquí.

- Llega con el compromiso de ser el obispo de todos, sacerdotes, laicos, presos, migrantes, no creyentes...

- Esa es la cuestión. La religión no está para dividir, sino para ayudarnos a caminar juntos. No estamos aquí para decir estos son de los nuestros y estos no. Estamos para anunciar un mensaje que es bueno para todos. Es la oferta, que luego sea recibida o no en función de la disposición de cada uno es otra cosa, pero nuestra oferta debe ser para todos. La fuente del pueblo está hecha para todos, luego ya se acercará quien quiera. Seremos más o menos atractivos mostrando el tesoro que tenemos, pero esto no es algo para hacer capillitas.

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-El arzobispo de Madrid dijo de usted que evangeliza bien y destacó su capacidad para resolver los problemas de fondo y practicar el activismo.

- Lo del activismo no sé, pero moverme, eso sí. En la vida hay que atender a todos, acercarse a todas las personas sin mirar para otro lado. Es algo que nos recuerda la parábola del 'buen samaritano': hay que acercarse a atender al otro venciendo una barrera cultural y religiosa.

Sobre los riojanos

«Sé que voy a una buena tierra, de raíces profundas»

- En su presentación habló de la necesidad de desarrollar un afecto por la Iglesia y de un error en el concepto generalizado a la hora de hablar de Iglesia.

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- Sí, la Iglesia no son los religiosos consagrados, los curas o las monjas. Se habla de que la Iglesia dice..., como si fuéramos los pastores o los obispos, pero la comunidad es mucho más amplia. Y hay que hacer un esfuerzo en valorarla y hermosearla entre todos para no cargárnosla. Uno cuando habla de su familia, no habla de cualquier manera, sino con afecto y sintiéndose parte de ella. A veces tiene mejor prensa hablar de Cáritas o de otras acciones que de la Iglesia en sí, pero la dejamos como si fuera un reducto de determinados cargos.

- ¿Y qué plantea?

- Proponer bien el mensaje. Una persona que viva bien su fe acaba siendo un estímulo para otros. Al final, la fe se comunica de este modo. Es como cuando te fijas en alguien que trabaja y actúa bien y su testimonio nos lleva a plantearnos interrogantes.

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- Llega en un momento complicado. ¿La espiritualidad está sirviendo para afrontar la pandemia?

- De pronto nos hemos visto asomándonos al problema de la enfermedad y de la muerte. Sin esperarlo, se ha corrido el telón y nos hemos encontrado una situación que nos afecta a todos y nos ha hecho ver que somos vulnerables. Nos hemos dado cuenta de que una cosa es lo que uno desea y otra la realidad, que siempre se impone. O sea, ha puesto en el tapete nuestra verdadera condición y hemos visto que estamos vinculados y de que no se puede vivir para sí mismo. La pandemia es una llamada, no es que Dios nos mande esto, pero es evidente de que es una oportunidad de ver al otro de otro modo. Nos ha hecho plantearnos cómo podemos ayudar. Hay que verla también como una llamada para ver qué haces con tu vida, replantearte cómo es tu relación con los demás. Es un planteamiento a todos los niveles y nos hemos dado cuenta de que el 'sálvese quien pueda' no funciona.

La vida personal

«Tenía trabajo en una empresa y salía con una chica, pero no era lo que quería»

-Es inevitable preguntarle por la alta edad del clero, ¿cómo se puede solucionar?

-Si yo pudiera contestar a esta pregunta me daban un premio Nobel. Este es un tema que siempre se vinculada al clero, pero no es solo un problema de la Iglesia. Es verdad que preocupa. El papa Francisco levantaba estos días la mano para advertir de que países como España y Italia, que tradicionalmente han exportado misioneros por el mundo, sufren un problema de envejecimiento muy serio. Pero no somos un compartimento estanco. Muchos colegios están en el aire por falta de escolares y las universidades se las desean para llevar a alumnos a sus aulas.

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-Fue químico antes que sacerdote, ¿cómo fue ese proceso?

-Como todo estudiante que se plantea su futuro al terminar COU, tuve que decidir qué estudiar y, como me gustaba mucho todo lo que tenía que ver con los virus y la pandemia tan de actualidad ahora, me decidí por la especialidad en biología molecular. Al terminar estuve trabajando en una empresa relacionada con el ámbito químico. Todo iba muy bien, tenía mi vida resuelta, un contrato, estaba saliendo con una chica..., pero comenzaron los interrogantes y las dudas sobre si la vida que tenía era lo que quería. Ya por entoces estaba vinculado a grupos juveniles... Y, bueno, uno luego lo contrasta, se acerca a personas que tienen más experiencia. Les dije como a un médico, oye tengo estos síntomas, ¿qué puede ser? Pues, mira, te pasa esto... La realidad está viva, no es un ente que nosotros podamos manipular y hay que estar atento a ella. Hay que hacerse preguntas, es muy saludable.

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