Argenida Viloria, José Alejandro Mújica e Isis Ojeda muestran la bandera de Venezuela en un parque de Logroño. Sonia Tercero

Venezolanos en La Rioja: por «una vida mejor» en Logroño

Argenida, Isis y José Alejandro dejaron Venezuela en busca de un futuro más próspero;en La Rioja han encontrado su lugar, sin olvidarse de su país y su familia

Iñaki García

Logroño

Viernes, 20 de septiembre 2024, 07:44

Una vida mejor. Tres palabras sencillas de pronunciar y tan difíciles de alcanzar, sobre todo en algunos lugares del globo terráqueo. Tanto que muchas personas ... se ven obligadas a dejar sus países de origen para buscar esa meta en otro emplazamiento. Eso es lo que han tenido que hacer tanto Argenida como Isis y José Alejandro, tres venezolanos que han encontrado en Logroño el enclave en que optar a esa vida mejor.

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Argenida Viloria tiene ahora 59 años. Nació en Caracas y en 2017 entró en España desde Francia. Pasó por Cataluña y la Comunidad Valenciana antes de aterrizar en Logroño dos años más tarde. De Venezuela vino con su marido y dos de sus hijos. Otro se quedó en el país sudamericano. «Él dice que no puede abandonar Venezuela y que va a seguir allá porque es un país maravilloso. No ha querido venir aquí a empezar de cero», cuenta su madre.

A ella también le costó tomar la decisión, pero vio que no le quedaba otro remedio. Ahora no se arrepiente de ese paso, aunque reconoce que no ha sido (ni está siendo)un camino fácil. No en vano, es abogada y, tras trabajar 25 años en Venezuela como funcionaria de la Administración Tributaria, ahora no puede ejercer su profesión en España porque todavía no ha llegado la homologación de su título. «La solicité en 2019 y en enero de este año respondieron a mi favor, pero todavía no ha llegado el certificado que lo demuestre», se queja. «Y si no tienes una titulación convalidada no existes», añade esta mujer que no ha perdido el tiempo a la espera de esa respuesta. «He trabajado de muchas cosas, he hecho un máster en Extranjería e Inmigración, me he apuntado a cursos, soy voluntaria de la Cruz Roja y Rioja Acoge...», enumera.

Aun así, ha estado dos años sin trabajo hasta que recientemente le han cogido como conserje en el Adarraga. «Pero me gustaría hacer una oposición, trabajar en una notaría, donde sea», dice. «Ojalá me den la oportunidad», remata.

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Sustento familiar

Con Viloria charlan otros dos compatriotas. Isis tiene 33 años y José Alejandro, su pareja, 36. Ambos llegaron a Logroño el año pasado tras salir de Venezuela, primero, y pasar un lustro en Ecuador, después. «Llevamos muchos años juntos y queríamos un mejor futuro», señala el joven, licenciado en Deporte en su país y que aquí trabaja en una empresa de logística.

Ambos sienten que en Logroño su calidad de vida ha mejorado. «Hemos encontrado asociaciones que nos han ayudado en temas psicológicos y legales, también hemos hecho cursos para entrar en el mercado laboral...», enumera Isis Ojeda, quien cuenta igualmente con un contrato laboral en tierras riojanas.

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Ellos están en Logroño, pero sus respectivas familias permanecen en Venezuela. Y con poco más de 30 años, ambos son el sustento económico de esos seres queridos. «Dependen mucho de nosotros», afirma José Alejandro Mújica. «Recientemente, fuimos a Venezuela y la casa de mi familia estaba bastante deteriorada; le pregunté a mi madre que por qué no nos lo había dicho y me respondió que el dinero que le mandábamos lo utilizaban solo para la comida, que en ocasiones es más cara que aquí», cuenta.

Para Isis, mientras, estar lejos de su familia es lo que más le cuesta. «Es complicado porque el tiempo pasa, quieres estar con ellos, pero no puede ser», explica. «Soy muy apegada, llamo todos los días a mis papás, me levanto y me acuesto pensando en ellos. Se les extraña un montón», reconoce.

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La distancia se hace dura. Pese a eso, tanto la pareja como Argenida Viloria coinciden en explicar lo bien que se están en Logroño. «España es un buen país para emigrar y, más en concreto La Rioja», asegura la abogada. «Además, creo que se ha corrido la voz entre los venezolanos de que esto es una 'ciudad-pueblo', con personas acogedoras y en la que nos sentimos completamente seguros», añade. «A eso hay que agregar la parte deportiva y la naturaleza para hacer que, antes de a Madrid o a Barcelona, prefieran quedarse en Logroño», remata una reflexión con la que sus compañeros de conversación se muestran de acuerdo. «Nosotros vinimos aquí para ver cómo era la ciudad y nos ha encantado; de hecho, pensábamos mudarnos a Madrid, pero decidimos quedarnos», certifican.

Todos ellos decidieron empezar de cero. ¿Tomaron la decisión correcta? Ellos creen que sí. «Si tuviera que hacerlo otra vez, no pensaría en otro lugar que no fuera Logroño», afirma Viloria. «Nosotros estamos muy contentos aquí y no tendríamos miedo a empezar de cero de nuevo. No es difícil, solo hay que proponérselo y salir adelante para, como en nuestro caso, formar una familia», concluye la joven pareja.

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