El medicamento «revolucionario» contra el tabaco volverá en unos meses a la farmacia

Hace tres años se retiró del mercado el Champix, elaborado por Pfizer, al detectarse la presencia de una sustancia potencialmente cancerígena (nitrosamina) durante su proceso de fabricación. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ya ha dado luz verde al uso de la vareniclina cuya elaboración corresponderá a Normon y que se dispensará con receta médica. Se desconoce aún el precio pero al tratarse de un fármaco genérico se prevé que sea más barato que el Champix (360 euros).

«El medicamento más eficiente es el Zyntabac», aseguran desde la Unidad de Inspección de la Dirección General de Prestaciones y Farmacia de la Consejería de Salud, que destacan que con la llegada «que parece inminente» de la vareniclina «se va a poder combatir mejor el dejar de fumar».

Eso sí, recuerdan que el paciente «ha de estar altamente motivado y tener el asesoramiento y el acompañamiento de un profesional sanitario». Algunos de los principales requisitos que han de cumplir las personas que se sometan a estos tratamientos –fuman una media de diez cigarrillos o más al día– son «la alta dependencia de los pacientes hacia el tabaco –se valora en Atención Primaria a través del test de Fagerström–, llevar al menos un año intentando dejar de fumar y tener una alta motivación, porque de lo contrario no estaríamos en el camino correcto». Se financia un intento al año y cada usuario pagará según su código de aportación farmacéutica, como en cualquier otro medicamento.

Bien es cierto que «las tasas de abandono son bastante altas y sólo dos de cada diez personas no vuelven a fumar ni un cigarrillo a los nueves meses de finalizar el tratamiento», destacan expertos sanitarios en deshabituación tabáquica. La vareniclina mantiene en el paciente unos niveles de dopamina suficientes como para evitar los síntomas de abstinencia.