«Vamos a una sociedad en la que habrá más necesitados»

- Ilusión sobre todo, ¿no?

- Sí, sí, muchísima. Es una gran ilusión asumir esta responsabilidad que asumo sabiendo que mi antecesor, Luis Lleyda, lo ha hecho tan bien. Es algo que todavía asusta un poco y que implica que vaya a dejar de hacer muchas cosas que tenía previstas, como viajar y estudiar. Pero eso ya no cuenta nada, una vez tomada la decisión lo que se impone es la ilusión que siento porque sé que vengo a ayudar a la gente.

- ¿Ha tenido dudas, miedos...?

- Sí, claro, cuando se va a tomar una decisión así siempre hay dudas y miedos, incluso a volver a complicarse la vida de nuevo cuando precisamente habías dado el paso de dejar parte de tu actividad profesional para vivir menos complicaciones. Pero al final, si quieres ser consecuente con lo que piensas y con lo que estás viviendo, es un reto que tienes que asumir.

- ¿Era una deuda personal?

- Sí, así es. Admirando como he admirado siempre a los voluntarios, estaba tan ocupado que me decía 'yo no lo puedo hacer'.

- ¿Objetivos, retos inmediatos?

- Bueno, primero aprender y conocer la entidad, aunque, evidentemente, conozco Cáritas lo que se conoce desde fuera y lo poco que he podido aprender en los últimos días. Sé que ahora tengo que escuchar mucho a los responsables y conocer qué necesidades tiene realmente la sociedad, algo que nos va a aclarar, cuando se presente en noviembre, el informe Foessa sobre La Rioja, un estudio que indicará las alertas sobre las que tenemos que actuar.

- No obstante, su vinculación con la Iglesia no es nueva.

- No, desde el 2009 estoy en el Consejo Económico de la diócesis y, además, soy creyente y cumplidor dentro de un orden. Cuando dejé de tener tanta ocupación laboral me incorporé a los grupos de la misión Euntes y ahí quise ser consecuente y llevar a la práctica mis creencias.

- ¿Euntes ha sido la clave?

- Sí, sin duda. Me ha permitido estar en escucha y eso me llevó a poder, por fin, dar el paso de ser voluntario, aunque mi voluntariado tenía previsto orientarlo al acompañamiento de las personas mayores que viven solas.

- Sabe que se le va a pedir mucho, ¿no?

- Sí lo sé, pero también sé, porque me lo han dicho todos los voluntarios que conozco, que recibes mucho más de lo que das y que es muy gratificante saber que estás ayudando a tu hermano, quizás porque vivimos en una sociedad en la que se vive para uno mismo y el egoísmo reina en todas las áreas.

- Una sociedad en la que todavía, por desgracia, mucha gente necesita ayuda.

- Sí, todavía hay mucha gente que necesita ayuda y vamos a una sociedad en la que cada vez va a haber más que van a necesitarla. Uno de los problemas que más me preocupa es el de los mayores que viven solos y sé que hay otros muy importantes, pero ese es el que me movió a mí a dar el paso hacia el voluntariado.