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«El Hospital San Pedro se ha quedado pequeño». El presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, cree que la sanidad autonómica debe dar «un nuevo salto cualitativo» con la ampliación del centro hospitalario, gracias a un nuevo edificio que se ubicará en el solar del ... antiguo San Millán. En su despacho del Palacete, poco antes de recibir la visita de los Reyes Magos, el presidente repasa las cuestiones que han marcado sus primeros seis meses de mandato.
– ¿Hay algo de lo que prometió en campaña que ya haya visto que le será imposible cumplir?
– Todavía no. Todo es posible de ejecutar y con esa idea se hizo. Es cierto que hay proyectos que tienen un largo recorrido y a mí me gustaría, al menos, ponerlos en marcha para garantizar que van a seguir adelante. Me refiero a asuntos complejos como el parque científico-tecnológico o los estudios de Medicina. Lo más difícil es ponerlos en marcha, pero en todos ya se han ido dando pasos. El programa mantiene toda su vigencia y vamos a intentar ejecutarlo en su totalidad.
– ¿Para qué le han dado estos seis meses?
– Estos meses han dado para ver dónde estábamos y poner en marcha una maquinaria con un equipo muy renovado, muy reestructurado, para eliminar esas duplicidades que se habían creado al margen de la administración y que no son fáciles de anular o de revertir. Organizar y ajustar la maquinaria de Gobierno de manera austera ha sido lo más importante. Hemos adelgazado la administración, con un ahorro de 1,2 millones al año. Y sobre todo definir dónde queremos ir, con unos presupuestos, presentados en tiempo y forma, que reflejan por dónde van a ir las políticas de este Gobierno.
– Teniendo en cuenta el nombre de algunos consejeros (Domínguez, Martín, Galiana), ¿es este un Gobierno continuista con la etapa de Ceniceros?
– No se parece en nada. Un gobierno necesita al máximo nivel gente que conozca la administración, con trayectoria y garantía. Un gobierno que cambia permanentemente no puede ser eficaz. Pero si tomamos en cuenta el segundo nivel y miramos los nombres de las directoras y directores generales, encontraremos personas con competencia técnica, que era lo que nos demandaban. Incluso hemos contado con personas que venían de la administración anterior porque tenían solvencia técnica. Es un equipo con energía y mucha fuerza. No hay ningún parecido con nada del pasado.
– En comparación con otros barones del PP, a usted le gusta poco meterse en charcos nacionales.
– La política en general pone sobre la mesa cosas que no tienen nada que ver con la realidad de los ciudadanos. Desde fuera yo observaba con descorazonamiento cómo la política nacional se había alejado de la gente y de sus problemas. Cuando dejé mi cátedra para iniciar esta nueva etapa política, hace un año, quise ir pueblo a pueblo. Lo que te cuenta la gente se parece poco a esa fotografía nacional. Me he centrado en La Rioja porque para eso me han elegido los riojanos. La política es importantísima porque gestiona los asuntos esenciales, pero los temas nacionales me preocupan en la medida en que pueden afectar a La Rioja. Aunque me interesen mucho las relaciones internacionales, yo me centro en la micropolítica.
– Sin embargo hay temas que a todos nos afectan. ¿Si el gobierno decide condonar la deuda a Cataluña, La Rioja reclamará y aceptará lo mismo?
– Estaremos atentos a cualquier decisión que afecte al conjunto del territorio. Las comunidades somos parte de un país y da igual su demografía o su tamaño. La Rioja ha sido y sigue siendo esencial en la constitución de este país, aunque parece que a las comunidades que no dan guerra y que no boicotean las instituciones se les hace menos caso. Si estamos en un país, y esto sigue siendo un país, es esencial el principio de la solidaridad interterritorial. Cuando uno vive fuera de aquí se da cuenta de que España es un grandísimo país, de gran potencial y talento. Yo creo en este país. Y un gobierno debe potenciarlo, no lastrarlo. Siempre que se haga algo, tendré que estar atento a que La Rioja no sea menoscabada y tenga el mismo tratamiento que el resto. Quien no tiene visión de país en su conjunto no es apto para dirigir España.
– ¿Pero entonces aceptará la quita de la deuda si se le condona a Cataluña?
– Gobernar exige seriedad y solvencia. Estas cosas no se hacen ni en pactos postelectorales ni en reuniones entre partidos. Para eso existe una conferencia de política fiscal. Si en ese marco el Gobierno de España quiere hacer un cambio de las condiciones económicas, se debate entre todos y lo que se decida, si es beneficioso para La Rioja, se aprobará. Pero estas cosas no se pueden lanzar de manera bilateral ni sin claridad ni transparencia sobre las condiciones, el porcentaje de deuda...
– ¿Le ha preocupado la imagen de la sanidad riojana esta última semana? ¿Cree que el Hospital San Pedro se ha quedado pequeño?
– A mí me ha preocupado siempre la imagen de la sanidad. Y creo que efectivamente el Hospital San Pedro se ha quedado pequeño. Es uno de los saltos cualitativos que debe dar la región, que en su día se puso a la cabeza de la modernidad con ese hospital de referencia. Pero ha pasado el tiempo y se necesita un segundo impulso grande. Vamos a ampliar el Hospital San Pedro en espacio, en especialidades... Vamos a construir un nuevo edificio en el solar del antiguo Hospital San Millán, al lado de la Escuela de Enfermería. Allí desarrollaremos algunas de las especialidades que más lista de espera tienen y también llevaremos cirugías ambulatorias mayores. Eso nos va a permitir reorganizar el San Pedro y mejorar la atención sanitaria. El proyecto está programado para que sea realidad antes de acabar la legislatura. Eso nos permitirá no solo atender los picos estacionales, sino remediar las carencias actuales del hospital.
– Implantar un grado de Medicina en la UR será costoso en tiempo y dinero. ¿Hasta qué punto es necesario?
– Absolutamente necesario. Hay varios argumentos: académicos, formativos y científicos. A partir de la pandemia, todo el mundo considera imprescindible aumentar el número de facultades, con una singularidad: solo se han puesto grados nuevos en universidades privadas. Y yo le he oído al rector de Burgos pedirle al Gobierno de Castilla y León que apostara por implantar los estudios de Medicina en la Universidad de Burgos. Aquí ha sido el propio Gobierno el que puso sobre la mesa con la Universidad su decisión firme. Necesitamos más personal sociosanitario, también con la ampliación de la Escuela de Enfermería. Treinta años después, la UR debe plantearse dar un salto cualitativo, y más con un hospital cercano para ayudar a la formación de los alumnos. Espero que antes del final de la legislatura ya empiecen a venir los primeros 25 estudiantes. Será un lujo para la ciudad y para la región. Lo tengo claro.
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– Las dos piezas fundamentales de todo Gobierno autonómico son Sanidad y Educación. En este segundo punto, ¿se va a concertar el Bachillerato en esta legislatura?
– En el programa llevamos la gratuidad de 0 a 18 años. Ya en 2019 se asumió de manera pionera la concertación de 0 a 3 años. La Educación es la gran semilla igualadora de oportunidades de las personas. Los Presupuestos lo reflejan. El dinero invertido en Educación crece casi un 10%. Nunca ha habido en La Rioja tanto dinero invertido en Educación. En todos los ámbitos. A la Formación Profesional le vamos a dar un salto cualitativo, con los dos centros integrados, tanto en La Laboral como en Calahorra. La FP ha perdido el estigma que tenía hace un tiempo, ya ha superado incluso al Bachillerato y hay que dar respuesta a esa demanda formativa. Que todo el mundo estudie todo el tiempo que pueda, por eso nuestra idea es que la educación de 0 a 18 años sea gratuita para todos los riojanos.
– ¿En esta legislatura?
– En esta legislatura.
– ¿Se vigilará que los colegios concertados, también en Bachillerato, no cobren tasas a sus alumnos?
– En la sociedad hay libertad, el ciudadano debe elegir y la administración tiene que ofrecer una pluralidad de opciones, todas de calidad, para que la gente elija libremente. A mí no me gusta que la administración decida por mí. Hay un servicio público educativo y no se tiene por qué pagar. Cualquier condición que establezca un centro debe ser voluntaria para las familias. Para eso se concierta.
– ¿Pero no pueden esas tasas voluntarias contribuir a la estigmatización del alumno que no paga?
– La estigmatización se puede dar también cuando tienes que repartir a los estudiantes por centros. Los alumnos son todos iguales y libres, no tiene que haber distinciones. Estamos en el siglo XXI y hay que superar ciertos clichés del pasado bastante rancios y alejados de la realidad que tenemos.
– El concierto del Alcaste termina en 2026. ¿Se renovará?
– La Consejería de Educación seguirá los procedimientos establecidos. Pero no creo que ese sea el mayor problema educativo de La Rioja. Un problema real son las colas de las familias que quieren matricular a sus hijos en FP y están pendientes de que haya plazas libres. A veces nos desviamos con las cuestiones educativas, como sucede a nivel nacional cuando hablamos del catalán, de la Religión... Los problemas reales son otros. Y conozco bien el sistema educativo. Los profesores se quejaban del decreto de convivencia, de la aplicación de la Lomloe sin el currículum, de la carga que suponía programar con Gauss. El docente debe preocuparse de lo fundamental: de sus alumnos. Eso es lo principal del sistema educativo.
– No será lo principal, pero a mí me gustaría saber su opinión sobre la educación segregada por sexos.
– Yo sigo pensando que las familias tienen la libertad de elegir los modelos educativos. Creo en la libertad de las personas y en la misión de la administración pública de brindar una pluralidad de opciones para que cada uno encuentre lo que desea en su vida.
– Hablaba antes de la Lomloe. ¿Cómo puede un gobierno aplicar una ley educativa en la que no cree?
– Yo he sido docente en la Facultad de Educación estos últimos años y explicaba la Lomloe... Cualquier ley puede tener sus defectos. El currículum no me gusta, es muy imperfecto y además nadie nos dijo cómo aplicarla. Pero incluso con ese marco se pueden formar buenos alumnos. Ha habido muchas leyes en la historia y todos hemos tenido buenos profesores y otros que no servían. El currículum, al final, no es tan importante. Dentro de ese marco legal hay que hacer las cosas bien. Y eso tiene más que ver con motivar a los profesores, con implicarse en la labor formativa y con otras herramientas que no están ni en los currículos ni en los decretos.
– Alguna vez le he oído hablar del problema de la 'insularidad' de La Rioja.
– Absolutamente.
– En esta legislatura, ¿cómo podemos dejar de ser una isla? ¿Basta con tener más frecuencias de tren a Madrid?
– Al menos todos tenemos claro el diagnóstico: este es el elemento que más limita las capacidades de La Rioja, desde la movilidad de los viajeros al potencial turístico o al desarrollo empresarial. Estos seis meses he reflexionado y me he sentado a hablar con los especialistas. Este no es un tema ideológico. Hay que ser realistas. ¿Vamos a seguir debatiendo si la Alta Velocidad llega en 2050 o en 2035? No podemos sentarnos a esperar. La nuestra es una solución pragmática, inmediata, que transformaría cualitativamente la situación: añadir dos frecuencias directas, que, incluso parando en Calahorra, nos llevarían a Madrid en dos horas y 45 minutos. Es muy fácil, una inversión ridícula para el Estado. Podría estar ya este primer semestre del año 24. Eso es viable. No acepto que mi región esté limitada más de diez años hasta que llegue la Alta Velocidad. Cualquier ministerio mínimamente sensible con el territorio lo comprenderá.
– ¿Le preocupa que la decisión dependa de Óscar Puente?
– No me preocupa. Le he pedido ya una reunión. Estaré encantado de sentarme con él y tendrá mi gratitud eterna si lo hace. Yo me dejé las anteojeras ideológicas al ocupar este cargo. Ya me he reunido con el ministro Escrivá, por ejemplo, y hemos tenido una sintonía magnífica.
– ¿Tiene ya fecha esa reunión con Puente?
– No me ha contestado aún el ministro.
– Pedimos más frecuencias ferroviarias, la cesión temporal de las Glosas... Da la impresión de que este Gobierno prefiere jugar a chica que a grande.
– No; este Gobierno prefiere obtener resultados a no obtenerlos. Pensemos en las Glosas. Desde el año 78 todos los gobiernos, salvo el último, han pedido su retorno. Sin éxito. ¿Por qué voy a seguir haciendo lo mismo si no da resultados? Vamos a dar un primer paso, vamos a hacer algo positivo. Si estamos reivindicando la vinculación de esta tierra con la lengua, vamos a darle un impulso a nuestro región, con una macroexposición que dure varios meses y en la que la gente pueda por fin ver las Glosas. ¿Eso sería o no un avance? Hay que formular las cosas de manera diferente para tener otros resultados. Lo mismo sucede con los trenes.
– ¿Y ve factible la cesión, aunque sea temporal, de las Glosas? La Real Academia de la Historia es más dura que cualquier ministro.
– No doy nada por conseguido, pero es una propuesta razonable y bien fundamentada históricamente. Me he reunido con ellos y al menos he visto una puerta abierta. No veo razones de peso que lo impidan.
– El gran mantra de este Gobierno era convertir a La Rioja en la región en la que menos impuestos se pagan. Pero hay impuestos e impuestos. La extensión de la bonificación casi total del impuesto de sucesiones beneficia a muy pocas personas y supone 8 millones de euros menos para las arcas públicas. ¿No está descompensado ese balance?
– También se dijo que solo se bajaban los impuestos a los más ricos y sin embargo se aplican en el IRPF, que afecta a todos los contribuyentes.
– Pero yo me refería a Sucesiones.
– Es un asunto de justicia fiscal. Y hay que conocer la realidad de la tierra. Aquí vivimos en un tejido de empresas familiares. Todas esas familias que van a trasladar su patrimonio a sus hijos superan los 400.000. ¿Son ricos, son millonarios? No, lo han conseguido con mucho esfuerzo. ¿Cuántos tienen 10 o 15 hectáreas de viña y quieren dejárselas a sus hijos? Me parece justo, al margen de que beneficie a cuatro o 400. Además, no hay que calcular cuántos lo han hecho hasta ahora, sino cuántos podrán hacerlo en vida cuando se aplique la bonificación. No me parece bien que los hijos tengan que pagar de nuevo por lo que ya pagaron sus padres. Y, además, esto estaba en nuestro programa.
– Ahora que habla de viñas, ¿la destilación es una derrota de la Denominación?
– Yo incorporé esta medida a mi programa porque es lo que pedía el sector: la Interprofesional, las bodegas... Todas las medidas que vengan a ayudar a un sector que es motor de la comunidad autónoma son necesarias. La Rioja sin vino no se entiende. Seguimos vendiendo 240 millones de botellas en todo el mundo. Es un activo fundamental. Rioja debe caminar hacia la calidad y la excelencia; pero lo debe decidir el sector y el Gobierno está para ayudar en lo que nos pidan.
– ¿Cree que la crisis del Rioja es coyuntural o estructural?
– Eso lo tiene que decir el sector. Lo que sí tiene claro el Gobierno es que el vino es fundamental para La Rioja y que la contracción en las ventas afecta a todo el mundo.
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