Valvanera Camina: marcha bajo la luna hacia la patrona

Variados son los motivos que justificaban la presencia este sábado de cuatrocientas personas en la salida de la Valvanera Camina. Una promesa, un reto físico y mental, la devoción a la patrona de La Rioja, acompañar a un amigo en su peregrinaje, la costumbre, la novedad al disfrutar de una experiencia clásica en la región... Todos, empujados por una u otra razón, cruzaron Logroño en dirección al monasterio de Valvanera. Por el camino, 63 kilómetros de exigencia.

La Valvanera Camina nació en 2017 para tomar el relevo de la Valvanera, compartiendo mucho en la toma de testigo, aunque ahora organizada por la propia comunidad de monjes de Valvanera. Después del parón pandémico de tres años, la marcha regresa al calendario y eran muchos los que la esperaban. El calor de la tarde logroñesa despedía en la plaza del Ayuntamiento a cuatrocientos romeros que desprendían ilusión y compañerismo, pertrechados entre mochilas y chalecos reflectantes. Se adentraban en la noche y en un recorrido exigente, que va minando poco a poco hasta elevar el desafío en sus kilómetros finales, los que coronan la gesta junto a la patrona de La Rioja.

Por el camino, varias paradas de avituallamiento se atisban:Navarrete, Nájera, Tricio, Arenzana de Abajo, Camprovín, Baños de Río Tobía y Anguiano. En estas dos últimas, las más temidas, ya en plena madrugada, la organización disponía de autobuses de regreso.

No todos alcanzan el monasterio. Los más rápidos, si bien la marcha no tiene carácter competitivo, lo hacían aún bajo la oscuridad de la luna y las estrellas, si bien el amanecer recibía la riada más numerosa de peregrinos.

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