La Confederación Hidrográfica del Ebro ya lo había advertido hacía una semana. Si las lluvias no caían, la alerta se iba a convertir en emergencia. Y así ha sido. No ha habido agua y la situación de la cuenca del río se agrava, especialmente en ... cinco puntos, uno de ellos el valle del Iregua.
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Por esta razón, la CHE ha decidido, con los datos de abril en la mano, pintar de rojo el corazón fértil de La Rioja. Junto al Iregua, también se declaran en emergencia el eje del Ebro, Bajo Ebro, Aragón y Arbas. Estas cuatro zonas se uman al Segre, que lleva casi once meses tintada de rojo por la falta de agua.
Pero no van a ser las únicas. En el último informe de sequía de la Confederación se cita sin ambages que las zonas de «Noguera-Pallaresa, Noguera-Ribagorzana, Ésera y Gállego-Cinca, salvo cambio radical en las precipitaciones, probablmente entrarán en emergencia para el próximo informe».
La situación para los agricultores de La Rioja Media comienza a ser dramática, tanto que algunos ya ven una guerra del agua, que el texto de la CHE reconoce: «existen problemas ante el reparto del escaso recurso en Segre e Iregua». De momento, esta semana el riego ha llegado de manera puntual a Varea y los cerealistas del Iregua pudieron regar el miércoles, al menos en la zona de Alberite y Lardero, con una distribución férreamente controlada por la comunidad de regantes de la zona.
El agua no ha llegado a tiempo para salvar algunos campos de cereal, pero sí para otros, que estos días reverdecen a la espera de las lluvias. Mientras, los agricultores con frutales cruzan los dedos para que se permita pronto un riego (tal vez sea el único o quizá haya agua para otro más, pero poco más si no hay precipitaciones) porque ya dan parte de la cosecha por perdida pero no quieren 'sacrificar' sus árboles. Así lo reconoce también la CHE, que explica que debido a la sequía probablmente en el Iregua habrá que limitar «los riegos prácticamente a supervivencia de frutales y lo que puedas alvarse de cereales de invierno». Un palo muy duro para la zona.
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El nivel freático de las zonas bajas del Iregua se ha visto incrementado con ese riego, lo que agradecen las fincas de la zona de ribera del Iregua entre Alberite y la capital.
Entre los impactos que señala el órgano rector del Ebro se comienza a hablar ya de medidas extremas, como la de la «aplicación de los caudales ecológicos menos exigentes previstos en el Plan Hidrológico para las situaciones de sequía prolongada en masas de agua no situadas en Red Natura», algo que ya se había pedido con anterioridad.
En cuanto al uso recreativo, si el agua proviene de embalses estos «afrontan una campaña muy problemática, incluyendola suspensión de actividades, mientras que la producción hidroeléctrica se está viendo muy mermada», recoge el informe. Una clara advertencia a lo que puede ocurrir en piscinas y otras zonas de mucho consumo de agua si la sequía continúa prolongándose.
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Por último, la institución hace un llamamiento a seguir ahorrando agua, tanto entre los particulares como entre los ayuntamientos. A estos envió ya una misiva y considera que «los municipios empiezan a tomar medidas tanto de concienciación como de limitación de usos noesenciales (baldeos, fuentes públicas, riego de jardines y huertos)». De momento, concienciación y responsabilidad. Pero, mientras tanto, el valle del Ebro se tiñe cada semana con más zonas rojas por el estado de emergencia.
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