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Aunque el pico de la epidemia de gripe ya ha pasado (la mayor incidencia se produjo en la cuarta semana de este año), el Servicio de Urgencias del hospital San Pedro volvió este miércoles a sufrir una situación más anómala de lo habitual, ... hasta el punto de que el sindicato de enfermería Satse pidió a la Consejería de Salud la puesta en marcha del Plan de Contingencia ante «un nuevo colapso». Esta formación aseguró en un comunicado que «a media mañana de ayer había 47 pacientes pendientes de ingreso y varios boxes 'doblados' mientras el Hospital de La Rioja permanece cerrado. Además, las 21 camas de observación estaban al completo, así como las 18 camas de la prehospitalización». Ante eso, el sindicato cree que urge la apertura de las dos alas del hospital de La Rioja que actualmente se encuentran cerradas para liberar la presión asistencial de las enfermeras del Servicio de Urgencias, así como «para acomodar a los pacientes tal y como se merecen».
Al calor de esa denuncia, el PP ha exigido que la consejera de Salud, Sara Alba, «deje las excusas y actúe para garantizar una asistencia sanitaria de calidad y unas condiciones laborales adecuadas para los profesionales». Los populares consideran que las denuncias sindicales «se han topado con el hermetismo y el mutismo habitual por parte de los responsables de la Consejería» ante lo que reclaman «transparencia sobre la aplicación de los protocolos sanitarios» y que «se solventen, cuanto antes, los recortes en esta materia impulsados por el Gobierno de Concha Andreu y sus socios».
Este miércoles por la tarde, sobre las 17.00 horas, la situación de colapso que denunciaba el sindicato parecía amortiguarse ligeramente. Unas cuarenta personas, entre enfermos y familiares, esperaban en la sala de espera. Carmen había llegado de Ocón a las 13.00 horas acompañando a su madre. «Nos han dicho que nos atenderán sobre las seis de la tarde; otras veces nos han atendido más rápido», explicó. Su sensación era que, cuando llegó, a media mañana, «había más gente esperando».
Por su parte, María del Carmen había llegado a las 14.00 horas y tenía a su padre en 'boxes' donde le estaban realizando diferentes pruebas diagnósticas. Ya estuvo hace quince días en Urgencias y, a su juicio, el colapso era entonces mayor. Entre el resto de pacientes reinaba más la resignación que el cabreo.
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