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El «éxito» de la Unidad de Neurorrehabilitacion Intensiva (UNRI) ubicada en el Hospital de La Rioja va a provocar en un futuro inmediato la ampliación de un servicio que desde su puesta en marcha el pasado julio ha atendido ya a 15 pacientes afectados por ... daño adquirido, en su mayor parte ictus. Así lo ha avanzado esta mañana la consejera de Salud, María Somalo, durante su visita a un recurso cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de personas afectadas por una discapacidad como consecuencia del daño cerebral sufrido tras un ictus u otro accidente cerebrovascular.
Durante su visita, coincidiendo con el Día Internacional del Daño Cerebral Adquirido, Somalo, que ha estado acompañada por los directores médico y de enfermería del Hospital San Pedro, Adolfo Calvo y Yolanda Caro, respectivamente; por el jefe del Servicio de Rehabilitación (RHB), Honorio Marín; la médico rehabilitadora, Natalia Álvarez; la supervisora de RHB, Silvia Jiménez, y la supervisora, Esther Campino, ha avanzado que «con el éxito que está teniendo el recurso esperamos poder ampliarlo y contar con más camas que las cuatro actuales en cuanto finalicen las obras de rehabilitación de las habitaciones del hospital que se están realizando ahora mismo. Vamos a tener espacio suficiente, porque profesionales tenemos ya los mejores».
Tras recorrer las distintas dependencias que componen el servicio, la titular riojana de Salud ha resaltado, en declaraciones a los periodistas, que «la intención de esta unidad es realizar toda la asistencia y todos los tratamientos que se precisen en el menor tiempo posible desde que ocurre el daño cerebral para tratar de mantener o se rehabilite la capacidad funcional perdida como consecuencia de la enfermedad».
María Somalo ha destacado que se trata de «una unidad multidisciplinar, que está compuesta por reumatólogos, rehabilitadores, neurólogos, neuropsicólogos, logopedas, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales, y en la que el paciente va pasando por los distintos servicios durante toda su estancia. Están de lunes a viernes y durante el fin de semana van a sus domicilios, lo que forma parte también del tratamiento, para que hagan frente a las barreras que se van a encontrar en su día a día tras el alta».
Recién acabado su agotadora jornada intensiva de trabajo de rehabilitación matinal, el paciente Fernando Ibáñez Bañuelos, de 56 años descendía de la silla de ruedas para demostrar los avances que los profesionales de la UNRI han logrado en su cuerpo.
«Tengo hora y media por la mañana y otra hora y media por la tarde de trabajo, entre terapia ocupacional y rehabilitación, y ya se notan los efectos, vine con todo el lado derecho paralizado y ahora ya puedo mover la mano y el brazo porque la pierna se despertó más tarde, aunque también vamos cogiendo fuerza y estabilidad», aseguraba con una sonrisa de emoción.
Fernando tuvo un derrame cerebral hace poco más de mes y medio, el 7 de septiembre. «Te cambia la vida en segundos, yo me estaba lavando los dientes a las siete de la mañana en mi casa de Santo Domingo y me empezó a fallar la pierna. Luego todo fue increíblemente rápido, en unos minutos estaban los profesionales del ambulatorio y media hora después ya tenía la UVI móvil de la Unidad de Ictus con todo lo necesario y para las nueve estaba ya ingresado en el San Pedro con todos los escáneres y todo hecho y con el diagnóstico realizado».
«Ha sido una suerte dentro de la desgracia y desde que se me ofreció esta oportunidad por supuesto que acepté porque es un paso enorme sobre todo en las fases iniciales de los ictus, porque es trabajar intensamente para activar las partes del cerebro más cotidianas que vas a usar y luego afinar aún más en la siguiente fase del proceso, la ambulatoria», destacaba el paciente para mostrar su agradecimiento a toda la plantilla: «Me están tratando fenomenal, todo el equipo es fabuloso, y esta idea de rehabilitación intensiva es maravillosa».
Con una estancia media de entre 30 y 45 días, los pacientes son derivados desde el servicio de Neurología del hospital San Pedro en coordinación con la unidad de Neurorrehabilitación. Entre los que criterios que los profesionales tienen en cuenta a la hora de incluir a los posibles pacientes de la UNRI figuran la edad y el apoyo familiar -menores de 70 años independientemente de su situación social y mayores de 70 años siempre que dispongan de un buen apoyo familiar; que el daño cerebral requiera tratamiento en al menos dos áreas terapéuticas; estado de consciencia y/o daño cognitivo que permita participar activamente en el proceso rehabilitador; y lesión cerebral de menos de 3 meses de evolución.
«Nosotros hacemos tratamiento en la unidad siempre que el paciente tiene objetivo terapéutico de mejora», ha concretado, por su parte, Natalia Álvarez, médico rehabilitadora y coordinadora de la Unidad de Daño Cerebral Adquirido.
«Los pacientes que estamos tratando en esta nueva unidad ya los estábamos atendiendo previamente, aunque con una intensidad menor que la que nos ha proporcionado este recurso, que nos permite un tratamiento intensivo, precoz y sin espacios en el tiempo, porque los que se deciden que son idóneos para esto vienen directamente de la cama del San Pedro a la de aquí y al alta continuará con el tratamiento ambulatorio», ha añadido la doctora Álvarez.
Tras recordar que en los casos de daño cerebral, en la mayoría de los casos por ictus, que hay muchos pacientes que se recuperan sin muy severas secuelas gracias a los tratamientos de la Unidad de Ictus, la médico ha explicado que «también hay veces que el paciente por mucha rehabilitación que hagamos no mejorará, alargar tratamientos inútiles o que no aportan nada solo produce esperanza en algo que nunca va a llegar; y otros muchos que necesitarán rehabilitación. Hay que dar a cada paciente lo que necesita y eso es lo que nos permite este servicio».
Con un tratamiento intensivo al paciente de tres horas de terapia diaria en sesiones de mañana y tarde de lunes a viernes, la doctora Álvarez no ha dudado en aseverar que en su opinión «esto era necesario porque estamos consiguiendo mejorías funcionales más rápidas y estamos haciendo lo que hay que hacer, lo que recomiendan los estudios y guías prácticas clínicas».
Durante 2021, en el Hospital Universitario San Pedro (HUSP) ingresaron 498 pacientes por ictus y se estima que en esta nueva unidad UNRI atiendan a entre 35 y 60 pacientes al año, con una estancia media deun mes y un mes y medio.
La accesibilidad cognitiva es una necesidad fundamental para que las personas con daño cerebral puedan desarrollar su vida de forma autónoma y en las mejores condiciones posibles. Este fue uno de los puntos destacados en el manifiesto que leyó este miércoles la Asociación Riojana de Daño Cerebral Adquirido (ARDACEA) con motivo del día nacional de esta enfermedad, que busca sensibilizar a la población sobre las necesidades de atención, rehabilitación y reinserción social de las personas que la padecen. Al acto asistieron la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, los consejeros de Salud y Servicios Sociales, diputados riojanos y concejales logroñeses.
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