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Materializada hace una semana la llegada del PSOE al Palacete, el PP se resigna a pasar un largo tiempo entre las tinieblas de la oposición. A todos los niveles. En el parlamentario y en los principales ayuntamientos de la región, todos ellos gobernados ... por el PSOE. El miércoles, Concha Andreu escenificó el insólito dominio de su partido en las principales instituciones de La Rioja, retratándose ante las escalinatas de la sede del Gobierno con el alcalde de Logroño y el delegado del Gobierno. Una imagen insólita para los socialistas riojanos, acostumbrados durante años a la foto contraria. Una imagen que dispara el pesimismo entre sus rivales del PP, quienes se reunieron ayer alrededor de su presidente para plantear la última (la única) batalla pendiente: arrebatar al menos a sus adversarios la presidencia de la Federación Riojana de Municipios.
Se trata de un pulso menor pero que puede ayudar a que en esa instancia se reconozca que el PP fue el partido que ganó en un mayor número de municipios en las elecciones de mayo. La FRM ejercía más bien, en la larga veintena de años del PP en el poder regional, como una extensión a nivel local de la pujanza de sus siglas. Una especie de 'lobby' que servía para alinear la estrategia municipal a escala regional con el mandato nacido en el Palacete. El último ejecutor de esta política es una persona de la total confianza de José Ignacio Ceniceros, el alcalde de Huércanos, Roberto Varona. Ayer fue uno de los asistentes al cónclave de cuyos resultados dará cuenta a primera hora de hoy el propio Ceniceros, en una comparecencia insólita. Varona seguirá siendo, según las fuentes consultadas, el dirigente en quien sus compañeros confíen la mision de retener para el PP ese centro de poder. Pero se trata de un propósito complicado.
La representación en la Federación se basa en criterios de voto ponderado muy alambicados. Una suerte de cábala donde ahora mismo se roza el empate entre socialistas y populares. A favor de estos últimos juega una baza: Santo Domingo. La localidad tiene alcalde socialista pero las mismas fuentes apuntan a que Carlos Barrón, el antiguo concejal del PP que ahora milita como independiente en el Ayuntamiento, se inclina por conceder la representación del municipio al PP, en la persona de su portavoz David Mena. Si así fuera, ese apoyo pudiera inclinar la balanza hacia el PP, como temen por Martínez Zaporta.
Esta cuestión ocupó ayer uno de los capítulos del orden del día en la reunión de la dirección popular. Los convocados acordaron nombrar como representantes en ese órgano de gobierno de los municipios riojanos a Carlos Paúl y Daniel Osés, alcaldes respectivamente de Rincón de Soto y Nalda, aunque el liderazgo de Varona en este ámbito no se discute. Enfrente, los municipios con alcalde socialista apuntan como potencial candidato a Francisco Ibáñez, alcalde de Badarán y persona muy cercana al aparato del partido. Ibáñez ejerce ahora como asesor del delegado del Gobierno, precisamente con el cometido de coordinar las relaciones con La Rioja municipal.
El próximo día 10, cuando se reúna la asamblea que debe optar entre escoger a un nuevo presidente socialista o mantener en su puesto a Varona, se verá si finalmente el PP, como premio de consolación tras su debacle en las urnas, retiene la presidencia. Aunque las mismas fuentes consultadas en ambos partidos alertan de que pudiera ser una victoria pírrica. Es decir, que si fuera Varona el elegido, el grifo de la financiación, los euros regados a la institución en la larga etapa de poder popular, se cortaría radicalmente. Lo que equivaldría a reconocer que en efecto los buenos tiempos se han acabado.
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