«Los golpes, los mordiscos o los arañazos son el día a día»

«Los mordiscos, los golpes y los arañazos son el día a día», resume una vigilante de seguridad agredida la pasada semana y hace dos meses por el mismo paciente del Hospital San Pedro. Ella es la voz de una protesta que este jueves ha reunido a personal de vigilancia del recinto hospitalario y que se encuentra al límite. En su caso, su agresor es conocido por sus estancias en Psiquiatría. «Lo conocemos y sabemos cómo tratarle, pero cada vez viene peor. Al día siguiente te puede pedir disculpas y sabemos que es un paciente, pero nos la jugamos», añade una trabajadora curtida en el día a día en Urgencias, uno de los puntos especialmente calientes del San Pedro.

En demasiadas ocasiones se encuentra solos ante el peligro, o casi porque «el personal sanitario nos ayuda porque en esas ocasiones tenemos que ir todos a una». Pero para sentirse menos solos, el colectivo pide que se le dote de mejores medidas de protección, no solo materiales, sino también legales.

«Más seguridad para dar seguridad» es el grito que los vigilantes del Hospital San Pedro, convocados por UGT, han lanzado este jueves frente al centro sanitario para recordar que las agresiones a los trabajadores de seguridad no han dejado de crecer. «Cada vez son más frecuentes y más violentas, entre otras cosas porque agredir a un vigilante de seguridad sale gratis», ha explicado Fernando Vega, de UGT.

El responsable sindical ha solicitado que la Administración y las propias empresas actúen en dos vías. La primera, dotándoles de equipos de protección (chalecos anticorte, guantes también anticorte o esprais de pimienta) con las que aún no cuentan y, la segunda, cambiar la Ley de Seguridad Privada para «considerar a los vigilantes agentes de la autoridad durante toda la jornada, no solo cuando actuamos bajo órdenes estrictas de un responsable de seguridad, como la Policía Nacional».

La pasada semana, dos trabajadoras fueron agredidas por un paciente que hacía solo dos meses también había atacado a esa misma vigilante. Agresores que ya tienen nombre, cara e incluso mote, pero que siguen ejercitando la violencia contra estos vigilantes que, en demasiadas ocasiones, se sienten solos. Por eso desde el sindicato se solicitan más medios humanos. «Actualmente hay cuatro vigilantes por turno. Uno de ellos está en el centro de control, otro en Urgencias y dos más como comodines. Es completamente insuficiente», ha resaltado Vega, que pide «pasar a ocho». «Para reducir al último agresor hicieron falta seis agentes de la Policía, pero las primeras en actuar fueron las dos compañeras agredidas», ha señalado.

Mercedes Muñoz, con más de una década de servicio en el San Pedro, reconoce que cada vez se están viviendo más situaciones «muy jodidas». «La gente está muy estresada, pasan muchas horas para que les atienda, vienen con muchos acompañantes y se envalentonan. Y la pagan con los vigilantes», indica. Hay puñetazos, insultos, mordiscos... pero también corren riesgo de sufrir otras agresiones. «Un compañero tuvo que actuar en Psiquiatría porque a un paciente con problemas le habían dado para comer un tenedor y un cuchillo. El cuchillo no aparecía y es que el paciente se lo había escondido en la manga. Podía haberlo utilizado contra cualquiera», incide.

Incluso objetos aparentemente cotidianos como unas pinturas de colores pueden ser usados como arma. Un vigilante sufrió hace unos meses una agresión en la cara que le provocó una herida en la frente y otra en el pómulo. «Tuvo suerte de que no le dio en el ojo», añade. «¿Van a esperar a que nos den un navajazo para actuar?», se ha preguntado ante sus compañeros. Por eso pide más inversión por parte de las empresas, tanto en material como en cursos, y más vigilantes. «Si se produce una agresión en Urgencias los compañeros tardamos casi un minuto en llegar. En ese minuto pueden pasar muchas cosas», resume.

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