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El mundo de los mayores ha despertado el apetito de las empresas que han visto en este sector un negocio muy lucrativo, al que, además, no le falta el apoyo de la administración. En general, hay un 'boom' de residencias y también en nuestro entorno. ... Sólo en Logroño en el último mes, el Ayuntamiento ha cedido suelo para la construcción de dos nuevos centros privados a una misma empresa (Gerontoebro). Ubicados en los barrios de Cascajos y Fardachón añadirán en total 384 plazas residenciales a la ciudad en un par de años. Y no son los únicos. El Grupo Ballesol (que cuenta con 46 centros en todo el país) está inmerso en otro proyecto en Vélez de Guevara. Una vieja fábrica de muebles frente al colegio Rey Pastor se convertirá en otra residencia de mayores para 83 personas.
Semejante movimiento empresarial despierta el recelo -por la desigualdad de oportunidades- de quienes se han dedicado durante décadas a los mayores «cuando esto ni era negocio ni interesaba a nadie», se quejan desde entidades sin ánimo de lucro.
Lares Rioja agrupa a una docena de residencias sin ánimo de lucro y atiende a 860 mayores. La asociación reclama un plan regional de crecimiento razonable y sostenible que permita ofrecer un servicio directo al residente y su familia con equilibrio presupuestario y sin descuidar a las entidades sin ánimo de lucro. El Gobierno de La Rioja se apoya en el Acuerdo Marco (2016) que ha supuesto la incorporación de un centenar de plazas a la red pública (en Logroño y su entorno) con el deseo de que el usuario pueda elegir centro. En su seno está el deseo de dotar de más flexibilidad al actual modelo.
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