Tres más una: una historia naranja

Rebeca Grajea (San Sebastián, 1982) se incorporó a última hora a las listas de Ciudadanos para las regionales del 2015 que, para sorpresa de los propios interesados, acabaron por abrir la puerta del Parlamento a cuatro de sus candidatos. La última, por cierto, ella misma. ... Entonces, aún figuraba como simpatizante de la formación naranja, prueba de lo improvisado de su incorporación a la política en la estela de la deslumbrante irrupción de Alberto Rivera en la escena pública. Con el paso del tiempo, Grajea se afilió a Ciudadanos y acabó incluso acaparando cierto protagonismo mediático por su trayectoria parlamentaria; en especial, a cuenta de su implicación en el éxito de leyes como la de víctimas del terrorismo o la de protección animal. Una estrella en ascenso que amenazaba con eclipsar a sus compañeros de bancada, lo cual puede explicar las desavenencias que fueron proliferando y su decisión de marcharse del grupo parlamentario que hizo ayer efectiva. Reflejo de que, en realidad, el grupo funcionaba más bien como un tres más una. Y a menudo, cada uno por su cuenta.