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Con una solemne procesión, en la que la Virgen de los Remedios recorrió por última vez las calles de la aldea de la que era ... patrona, se despidió oficialmente la localidad de Pajares. Cinco años más tarde, quedaría inaugurado el embalse del mismo nombre. Los pocos vecinos que habían aguantado en sus vetustas casas de piedra fueron repartidos entre Lumbreras y el barrio de San Andrés.
Álvaro González, autor del libro 'El camino del Iregua' y organizador de la ruta '30 años sin Pajares', asegura que Pajares es un «símbolo de la despoblación rural de la sierra riojana», de 'La Rioja vacía'. Por ello ha organizado para el 21 de marzo un recorrido por el entorno del pantano. Se trata de «un tributo a los últimos habitantes de la aldea, quienes fueron expulsados de sus viviendas para la construcción del embalse».
El político Pascual Madoz, autor del 'Diccionario geográfico, estadístico, histórico de España y sus posesiones de Ultramar', escribía sobre Pajares en el año 1849 (respetando la redacción original): «PAJARES, aldea con alcalde pedáneo dependiente de Lumbreras con cuya villa forma ayuntamiento en la provincia de Logroño, partido judicial de Torrecilla en Cameros. Está situada en un pequeño llano a la orilla izquierda del río llamado de San Andrés que pasa a unas 10 varas y la misma margen del titulado Iregua que corre a cosa de 100 pasos; la combaten los vientos de norte y noroeste los cuales hacen el clima bastante frío pero sin embargo muy saludable. Tiene 60 casas de mala construcción distribuidas en 2 calles y una plaza ancha y empedrada. Los niños de esta aldea concurren a la escuela de Lumbreras a cuyo maestro se paga un tanto mensual. La iglesia dedicada a Nuestra Señora de los Remedios la sirve un cura de nombramiento del diocesano y en clase de sacristán hay un vecino que hace sus veces y al cual se paga por los demás un tanto todos los años. Los habitantes de este pueblo se surten de agua para sus usos de los ríos mencionados con los que se benefician algunas tierras de propiedad de los vecinos. El terreno es áspero y la mayor parte de secano y sus cosechas se reducen casi al centeno y a las patatas, se cría ganado lanar estante y trashumante, cabrío, vacuno y caballar, y hay caza de perdices, liebres, jabalíes, corzos y otros animales dañinos, y pesca de sabrosas truchas».
El caso es que desde hace tres décadas, el nombre de Pajares se ha desligado de la aldea original y quedar absolutamente unido al de embalse o pantano. Ya en los años 20 del siglo pasado se habló de construir un embalse en aquella zona, si bien expediente durmió el sueño de los justos hasta que recién llegada la democracia, el proyecto recobró la vida. Los anuncios por parte de diferentes grupos políticos sobre el inicio de las obras dieron lugar a al menos media docena de ruedas de prensa.
Pero tuvo que ser un ministro riojano titular de Obras Públicas, Javier Sáenz Cosculluela, quien colocara la primera piedra en 1985. Un lustro después la aldea de Pajares se despedía del mundo y en 1995 nacía el embalse de Pajares, con una capacidad de agua de 35,29 hectómetros cúbicos.
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