«En tres o cuatro años habrá vacunas contra el cáncer personalizadas», asegura el Cibir

En su estudio, una revisión científica que recorre a lo largo de 23 páginas los avances en oncología desde los años noventa hasta la actualidad, desde fármacos y terapias a, especialmente, las vacunas, las desarrolladas frente a proteínas y las diseñadas frente a ácidos nucleicos, ADN y ARN mensajero, estas últimas las más prometedoras. «En nuestro artículo tratamos de explicar por qué estas vacunas ARNm pueden ser la futura gran herramienta en luchar contra el cáncer», aclara Srdan Tadic.

El investigador serbio prepara su tesis doctoral en el centro de investigación logroñés, al que llegó hace tres años con una beca Marie Curie vinculada al proyecto de la Unión Europea ITN Dirnano, destinado al desarrollo de vacunas terapéuticas basadas en nanopartículas que sean capaces de frenar el crecimiento tumoral, un programa en el que trabajan la Unidad de Angiogénesis del área Oncológica del Cibir, además de investigadores de la Universidad de La Rioja (UR).

«Entre todas las vacunas oncológicas que puede haber, en nuestra revisión científica nos hemos enfocado sobre todo en las que tienen que ver con la angiogénesis, que es la producción de nuevos vasos sanguíneos, necesaria por ejemplo para curar una herida tras un corte en una mano. En el cáncer también hay angiogénesis, pero en este caso, por decirlo de forma llana, no nos gusta. El tumor para crecer y extenderse necesita que los vasos sanguíneos crezcan también; entonces, si somos capaces de frenar esa angiogénesis tumoral lograremos frenar el desarrollo del cáncer», añade Alfredo Martínez.

«Nosotros, además de en Dirnano, dedicado al desarrollo de vacunas relacionadas con nanotecnología, porque las vacunas ARN frente al cáncer, para inyectarlas, hay que 'empaquetarlas' antes en unas nanopartículas lipídicas, trabajamos en otro proyecto de investigación nacional, del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, para la fabricación de vacunas de ARN frente a la angiogénesis en la lucha contra el cáncer», detalla el jefe del área de investigación oncológica.

En su revisión científica, los investigadores del Cibir resaltan los avances que abren la puerta a enfoques revolucionarios en un futuro inmediato en cuanto a vacunas de ARNm para tratamientos antiangiogénicos en la lucha contra los tumores. «La ventaja de estas terapias es que no van dirigidas a la zona tumoral, sino al proceso de angiogénesis, que creemos que puede ser clave y por eso hemos publicado este artículo. Pensamos que el campo de la angiogénesis es muy bueno para dirigir la terapia, porque el tumor no puede reaccionar y adaptarse al ser una terapia extratumoral, dirigida contra células no tumorales. No obstante, esta no es una terapia en sí misma, siempre se hace en combinación con radioterapia, con quimioterapia, con inmunoterapia... Pero digamos que es una de las patas que, en combinación con esas otras, puede ser fundamental a la hora de frenar el crecimiento del tumor y, a la par, la metástasis, que es la responsable del 90% de las muertes por cáncer. Por eso bloquear esa angiogénesis tumoral es fundamental», resalta Alfredo Martínez.

En el estudio de Tadic y Martínez se destaca que actualmente hay 76 ensayos clínicos con vacunas contra el cáncer de ARNm dirigido a tumores sólidos.

«Las vacunas oncológicas no son preventivas, aquellas que todos conocemos y que se administran a la población sana para protegerla de una enfermedad, sino terapéuticas, es decir, se utilizan una vez que el paciente ha enfermado. Se trata de que el sistema inmune sea capaz de identificar y destruir las células tumorales», aclara el jefe de Oncología del Cibir, quien incide en que el campo de las vacunas basadas en el ARN mensajero «es inmenso y se está produciendo una explosión tremenda, porque todas las grandes compañías –Moderna, Pfizer, BioNTech...– están ya en fases clínicas de vacunas ARNm contra el cáncer espectaculares».

Y el doctor, jefe de grupo de investigación en el Cibir desde 2008, tras 11 años en el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos en Bethesda (Maryland) y otros 4 en la sede madrileña del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), pone un ejemplo tan concreto como ilusionante: «Moderna tiene una formulación que en una única dosis puede incluir vacunas frente a 35 características distintas del cáncer y además puedes elegir cuáles. Eso abre la puerta a vacunas tremendamente personalizadas, porque se secuencia el tumor de un paciente y eliges lo que necesitas de la biblioteca de ARN que tienes a tu disposición, los mezclas, los empaquetas y se lo inyectas. ¡Hasta 35 dianas distintas en una única vacuna! De esta, que ya está en ensayos clínicos de fase 3, ya se ha publicado el efecto del ensayo clínico fase 2 en pacientes con melanoma metastásico y han conseguido aumentar la supervivencia un 50% frente al tratamiento habitual».

Insiste en que la revolución está a la vuelta de la esquina. «Lo que está por llegar es absolutamente increíble, espectacular, y el mensaje, vuelvo a decirlo, es que dentro de tres o cuatro años vamos a tener una revolución tremenda en la forma de cómo se va a tratar el cáncer con estas vacunas de ARNm, dirigidas no a la curación del cáncer de momento, pero sí a la cronificación de todas esas enfermedades causadas por los tumores y a la reducción de su mortalidad».

Aunque en las vacunas de ARNm se trabaja desde los años 90, han tenido que pasar décadas hasta lograr que funcionasen correctamente y fuesen efectivas, como se demostró con la pandemia del covid. «Fue una de las gestas científicas más impresionantes de la historia y además ratificó que las vacunas ARN son seguras, eficaces, sencillas de fabricar y a bajo coste y, además, fáciles de modificar, ya que, como dije antes, en la misma nanopartícula puedes meter treintaytantas moléculas distintas con lo cual te van a producir una reacción inmune frente a treintaytantas proteínas», insiste Alfredo Martínez.

«Sí, son sencillas. Yo estoy fabricando ahora por la mañana unas y esta tarde se las administro a los ratones», tercia Srdan Tadic, que investiga un modelo de metástasis de células de melanoma a pulmón. «En las pruebas con ratones se ve una disminución muy significativa del número y del tamaño de la metástasis. Funciona, sí, y esto tiene muy buena pinta», asevera el joven serbio con una amplia sonrisa.

«Llevamos casi ya tres años en la investigación dentro de este proyecto y posiblemente el año que viene podamos tener ya resultados muy sólidos de estos estudios con los que estamos muy contentos porque los resultados en ratones han sido muy positivos, aunque de momento no podemos detallar más porque los datos están todavía en evaluación», concluye el doctor Martínez.