«Tratamos de mejorar la vida de los ciudadanos»

María Ángeles, natural de Tricio y abogada de profesión (ha celebrado ya sus 'bodas de plata' como letrada), llegó al mundo de los colectivos vecinales en la década de los 90. «Conocía a una persona que pertenecía a la Asociación de Vecinos El Carmen, que fue quien me introdujo», señala. Coincidió con la época en que se mudó a vivir a Logroño y había una eclosión de actividad cultural en el seno de estas agrupaciones. «Organizaban muchas iniciativas culturales y de teatro, así que empecé colaborando en estas actividades y a asesorar en temas jurídicos», apunta. «Encontré a gente muy maja y me quedé», apostilla.

Así, reseña que su desembarco en el movimiento vecinal no vino determinado «porque tuviera ningún problema o reivindicación». «Había buen ambiente y me quedé», afirma. Por aquel entonces, la presidencia de la Federación de Asociaciones de Vecinos de La Rioja la ostentaba Antonio Pujades.

Pero además de ese clima de «cordialidad», María Ángeles halló en este órgano un espacio a través del que «tratar de mejorar la vida de los ciudadanos y perseguir metas de interés general». Ella lleva cerca de una década como presidenta de esta Federación, una entidad que ha puesto en marcha proyectos «muy importantes» para los riojanos. Bajo su presidencia se han auspiciado los presupuestos participativos. «Se pretende que se aporten ideas de todos los vecinos para mejorar la vida en la ciudad», comenta. También un programa para la reinserción social de población reclusa.

Pero quizá el de mayor calado de esta entidad sea la Red Vecinal contra la Violencia de Género e Intrafamiliar, en colaboración con el Gobierno de La Rioja y que se activó hace unas dos décadas. «Este proyecto es anterior a mi presidencia, si bien contó con mi impulso», explica. Esto representa, a su juicio, «el modo de hacer en la Federación». «Se puede impulsar cualquier iniciativa sin tener que ocupar la presidencia de la entidad, siempre que beneficie a los ciudadanos».

Esta red proporciona un servicio de acompañamiento y apoyo a personas que sufren malos tratos, evitando el aislamiento social que suele acompañar a este tipo de situaciones. Atiende una media de 50 nuevos casos al año en toda la región. «Sigue siendo un índice demasiado alto y lo preocupante es que esta violencia está repuntando entre los jóvenes», alerta.