El transporte espera una crisis de personal por el envejecimiento de los camioneros

«El envejecimiento de los conductores es un hecho que nadie pone en duda, se estima una media de edad superior a los 50 años», expone Santiago Gutiérrez, presidente de la asociación de transportistas Atradis, que, a modo de anécdota representativa, recuerda como «hace poco, un chófer me contó que, con 53 años, era el más jóven de un curso de renovación del carné». Por su parte, Javier Cámara, secretario general de CETM (Confederación de Transportes de Mercancías) La Rioja calcula que en el conjunto del sector «en los próximos diez años se jubilarán más de medio millar de trabajadores, cerca de un tercio».

La mínima renovación entre los camioneros es una preocupación creciente, y es que además del propio envejecimiento de toda la sociedad, escasean las incorporaciones, tal y como analiza Santiago Gutiérrez:«Antes la profesión tenía algo de vocacional, una halo de romanticismo, del camionero que cada día duerme en un sitio; eso ha pasado a la historia. Ahora los jóvenes buscan otras cosas:mayor conciliación con la vida familiar, más tiempo libre, trabajos que ofrezcan una mayor calidad de vida... Además, el relevo tradicional, que era el familiar, se ha perdido, quizá porque los hijos no quieren la vida que ha llevado su padre, que en muchos casos no ha estado presente».

Por su parte, Javier Cámara opina que «la falta mano de obra afecta a muchos sectores y se debe al desapego de la sociedad al trabajo», valorando además los inconvenientes en el caso del transporte, que «requiere mucha dedicación y tiempo fuera de casa».

Toda esta situación se da pese a que poco tienen que ver las condiciones actuales para los transportistas con las de hace unas décadas, como describe el secretario general de CETM: «Están más regulados los tiempos de conducción y de descanso; hay buenos salarios; se han mejorado las condiciones, por ejemplo, prohibiendo las labores de carga y descarga; las flotas están rejuvenecidas y cuentan con cabinas sofisticadas que hacen más cómodo el trabajo y el descanso;las empresas tratan de cuadrar horarios para que el chófer pase el menor tiempo posible fuera de casa...».

En contraposición, aluden desde las patronales al coste que supone el permiso de conducir estos grandes vehículos. «Es una importante barrera de entrada, no cuesta menos de 3.000 euros», comenta Santiago Gutiérrez. Son reveladoras las estadísticas sobre el número de permisos de conducir de tipo C y C1(para camiones) que se expiden en La Rioja. La cifra va año a año en retroceso, y solo 188 se sacaron este carné en 2023, frente a los 294 de hace una década o los 443 de hace dos. La cifra más alta fue en 2007: 914 licencias. Desde entonces, la caída se agudiza en la última década.

En cuanto a las posibles soluciones, el presidente de Atradis alude a cómo los trabajadores extranjeros ya cuentan con una importante presencia: «Durante muchos años han venido de Europa del este y ahora empiezan a llegar de Sudamérica o el Magreb». Sin embargo, estas incorporaciones no resuelven el problema de fondo. «En la próxima década, con todas las jubilaciones que llegan, se van a generar tensiones y no habrá suficientes conductores, es un problema», añade. Por su parte, Javier Cámara estima que «la falta de conductores continuará pero es un ciclo, llegará un punto en el que la profesión será realmente atractiva y la gente vuelva a valorar este trabajo».