El tramo Castejón-Logroño ya tiene la declaración de impacto ambiental

Una vez obtenida esta declaración de impacto, se podrán seguir dando pasos para avanzar en la llegada de la Alta Velocidad. Así, y según la programación de las instituciones, entre 2024 y 2025 podrían estar realizados los proyectos constructivos, el paso previo a la licitación de las obras, que en ese caso podría llegar en 2027.

El hecho de que la línea ferroviaria no vaya a ser de 350 kilómetros por hora sino de un máximo de 220 permitirá que los tramos se puedan ir poniendo en marcha sin esperar al conjunto del trazado. La zona de actuación abarca entre 70 y 71 kilómetros y se divide, precisamente, en tres tramos: Rincón de Soto, Alcanadre y Logroño.

Para ejecutar este proyecto se han estudiado seis alternativas que resultan de la combinación de diferentes ejes de trazado en esos tramos en los que se divide el ámbito completo del estudio informativo Castejón-Logroño. Y para la elección final se han tenido en cuenta criterios medioambientales, técnicos, de funcionalidad y económicos. Se ha escogido finalmente la alternativa que presenta «los menores tiempos de recorrido –70,46 kilómetros– y las longitudes más cortas de viaductos y túneles», detalla el BOE.

Las principales acciones generadoras de impacto ambiental en la fase de construcción serán «debidas a la ocupación del suelo y del subsuelo (túneles), desmontes y terraplenes, desbroces y despejes de vegetación, movimientos de maquinaria, implantación de la plataforma de vías, construcción de infraestructuras de paso, préstamos y vertederos, instalación de zonas auxiliares de obras y construcción de elementos asociados a la línea ferroviaria».