«Están tirando el dinero; no puede ser tanto chiringuito y subvención»

– ¿Da por perdida la recuperación de la economía en 2022?

– Habrá que esperar al verano como mínimo. El turismo va a tirar, pero el resto de los sectores va a seguir dependiendo de los problemas que tenemos: energía, combustible y materias primas. Una situación que, como viene denunciando la FER, arrastramos desde junio del año pasado, y ante la que el Gobierno de España ha respondido tarde porque otros países como Italia, Francia, Portugal y Alemania han tomado decisiones bastante antes y en ninguno, por cierto, ha habido huelgas, como el paro brutal del transporte que ha vivido nuestro país, y que ha provocado millones de euros en pérdidas a muchísimos sectores. Además, con una inflación de dos dígitos (9,8%), las medidas se quedan cortas: hasta dentro de mes o mes y medio no sabremos si la UE autoriza la propuesta de España y Portugal sobre la limitación de los precios del gas. Y lo de los 10.000 millones en créditos del ICO, pues... en fin: ¡si gran parte de los anteriores préstamos están en periodo de carencia! Esa es la realidad.

– Rebaja de veinte céntimos en el transporte.

– Claro, de los que quince, no lo olvidemos, los ponemos los contribuyentes. Además no hay nada previsto si los precios siguen subiendo. En cuanto a que sea para todos los ciudadanos, los empresarios opinamos que deberían haberse distinguido renta y uso profesional. Y, por cierto, a ver cómo se reparten los 450 millones en ayudas directas al transporte, porque las autoescuelas y los vehículos industriales del comercio parece que se quedan fuera. En este punto me gustaría apuntarle un dato: en 2008, el barril de petróleo costaba 140 dólares y el precio medio de venta del litro de carburante era 1,25 euros. Este martes, el precio del barril era 114 euros y el de venta de combustible 1,87 euros. La única explicación a este diferencial es que el Gobierno de España está haciendo caja con los impuestos. Así de duro.

– Ustedes reclaman una rebaja impositiva, que fue uno de los compromisos de la Conferencia de Presidentes en La Palma.

– Correcto. Siempre estamos oyendo al Gobierno decir que en España pagamos los menores impuestos de la UE. Estoy en total desacuerdo: una cosa es la carga fiscal, los impuestos que se pagan en total y, otra, el esfuerzo fiscal, es decir el número de contribuyentes que los pagan. Y en España, con el doble de economía sumergida que la UE, de desempleo juvenil y de paro, los actores que hacemos frente a esos impuestos somos muchos menos que en otros países. Este asunto es fundamental para las empresas si queremos que sean competitivas y salgan adelante en estos momentos de crisis. Sin embargo, el 'libro blanco' de la reforma fiscal presentado por el Gobierno, asesorado por unos expertos que nadie sabe quiénes son, concluye que el Estado puede recaudar 35.000 millones más en impuestos. De las 800 páginas que tiene el documento, 799 hablan de fiscalidad y solo una, de eficiencia en el gasto público, cuando creo que tendría que ser precisamente lo contrario: no puede ser que 2021 fuese el ejercicio de mayor recaudación de impuestos desde que existen datos contabilizados y que el dinero se esté tirando. Le pongo tres ejemplos claros: lo más reciente, el bono cultural de 400 euros a los jóvenes que cumplan 18 años, para que vayan al cine o compren videojuegos, y en el caso de las estructuras de los gobiernos, ministerios que no deberían pasar de ser una secretaría general, como el de Consumo, o consejerías, caso de La Rioja, como la de Igualdad, que es un disparate total: no ejecuta todo el presupuesto y de lo que sí ejecuta, casi la mitad es gasto de personal. Un dislate total.

– Pero los impuestos salvaguardan la educación, la sanidad, los servicios sociales...

– Sí, pero hay que hacerlos eficientes. No puede ser tanto chiringuito y tanta subvención a trote y moche. Hay cosas que claman al cielo y en ningún momento oigo hablar a ningún político, a ninguno, de la eficiencia del gasto público. Todo es meternos la mano en nuestros bolsillos. También aquí en La Rioja. Lo único que escucho en nuestro Parlamento es que se suban los impuestos, cuando ya somos de las comunidades con una fiscalidad más alta, lo que está haciendo que mucha gente que conozco esté desplazando su domicilio fiscal fuera de La Rioja. Si el dinero lo tiene el ciudadano en su bolsillo, seguro que va a crear mucha más riqueza que el Gobierno, porque el Gobierno no lo gestiona bien. El ciudadano lo gestiona mejor, ya sea gastándolo o invirtiéndolo.

– Para gastar hay que 'tener'. ¿Habrá pacto de renta con los sindicatos?

– Hay que hacer un pacto y los sindicatos son razonables en este sentido. Los salarios deben aumentar, pero con muchísima prudencia, porque la inflación está desbocada y la previsión es que podamos sujetarla para que a final de año, por lo que dicen los analistas, se quede en el 9%. Sin embargo, hay que tener muy presente que hay muchos sectores que están muy endeudados y que no han podido funcionar con normalidad en los últimos dos años. Hablar de empresas boyantes, hoy es una excepción. Así que la única manera de salir de esta situación y poder controlarla es apretarnos todos el cinturón.

– ¿Cómo valora las medidas de apoyo a las empresas del plan anticrisis de la Comunidad?

– No puedo valorarlas. Nos ha anunciado 2,5 millones para el transporte y las empresas con gran consumo de energía, pero desconocemos la letra pequeña y en qué va a consistir. En la misma situación estamos con la ayudas para los trabajadores en ERTE. Es necesario sentarnos para poder concretarlas. Creo que el diálogo debería ser mucho más fluido: contar con cada sector al que se quiere apoyar y preparar conjuntamente los proyectos. Y, asimismo, hay dos actuaciones fundamentales a las que debe dar respuesta el Gobierno: revisar los contratos públicos de obras y servicios, porque la subida de precios afecta a todas las empresas y sectores, y eliminar la excesiva burocracia, que limita el desarrollo y el crecimiento de nuestras empresas y la llegada de otras nuevas, sobre todo si comparamos nuestra situación con las de las regiones limítrofes.

– ¿Se están aprovechando ya los fondos europeos 'Next Generation'?

– A estas fechas, solo el 3% está adjudicado a las empresas. Esto no puede ser. Los empresarios, las pymes, estamos muy decepcionados y estos fondos están perdiendo su credibilidad por las dificultades de acceder a ellos. Salvo el proyecto sobre digitalización, las condiciones para optar al resto de programas son muy, muy complicadas. Los 'Next Generation' son una oportunidad clara para el desarrollo de nuestro país, pero si no llegan a las pymes y a los autónomos, que representan más del 90% del tejido empresarial, esto no va a funcionar.