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El crudo episodio de nieve y ventisca registrado durante el fin de semana en la comunidad autónoma también deja alguna buena noticia. En el anverso del colapso sufrido en parte de las carreteras y el testimonio de conductores atrapados en sus vehículos asoma el estado ... de los embalses, que aunque no se desquitan de la sequía que les viene castigando durante meses han visto como sus prestaciones mejoran de forma esperanzadora.
El incremento de las reservas gracias al agua acumulada durante las últimas horas es, sin embargo, desigual. El último informe de coyuntura ofrecido por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) recoge un aumento por quinta semana consecutiva de la capacidad de los tres pantanos ubicados en territorio riojano, que se sitúan en un promedio del 25,7% de su capacidad. Mansilla es el que ha experimentado un alza más notable. Actualmente cuenta con 17,6 hectómetros cúbicos de los 68 que es capaz de albergar (26% del total), con una mejora de 4,02 desde el anterior registro semanal y 8,2 en lo que va de año.
En el río Albercos, el González Lacasa se encuentra al 31,3% de su capacidad (10,33 hectómetros de los 33 posibles), aunque la mejora ha resultado más tibia a lo largo de las semanas: 0,9. Cotejándolo con el año precedente por estas mismas fechas, el alza se contabiliza en 4,91 hectómetros cúbicos. El cuadro de situación se completa con la imagen de Pajares en el río Lumbreras, que actualmente alcanza un volumen del 19,9% (7 hectómetros de los 35 para los que está diseñado) y un incremento semanal que se limita a 0,24. En este caso, la coyuntura es peor que en el mismo lapso de tiempo del 2017, perdiendo desde entonces 0,97.
En cualquier caso, el cambio de escenario no revierte todavía totalmente el duro castigo infligido por la sequía durante los dos últimos años y cuyos efectos aún perduran. Prueba de ello es una comparativa a más largo plazo, desplazando el foco a las perspectivas del quinquenio. Todos los embalses riojanos están ahora en peores circunstancias que entonces, con un retroceso que oscilan entre el 26,36 y el 20,06% en el caso de Mansilla y Pajares, respectivamente, y el 7,75% en el del González Lacasa.
Todo indica que el nivel seguirá medrando en las próximas fechas con la virtual aportación de la nieve acumulada a lo largo del fin de semana. De acuerdo con la información facilitada por fuente de la CHE, a lo largo de todo el episodio meteorológico oscilaron entre 40 litros por metro cuadrado en la zona baja de la comunidad y 60 en la sierra. Una vez que las temperaturas asciendan y comience a fundirse, la previsión es que los caudales se enriquezcan y con ello el agua embalsada.
Otro de los efectos colaterales de la nieve caída recientemente en La Rioja ha sido el aumento del nivel de los ríos en general y del Ebro en particular. A su paso por Logroño alcanzó un pico de 2,07 metros en torno a las 10 horas de ayer, cuando la media del mes de diciembre apenas alcanzó los 1,10 y hace un año ni siquiera llegaba al metro. Más notable fue aún el incremento a su paso por Castejón, que al comienzo de la jornada alcanzó casi los cinco metros mientras el mes anterior mantuvo un promedio de 2,87. Los márgenes no rebasaron en ningún caso los niveles de alerta, circunscribiéndose de acuerdo a la valoración de la CHE a una crecida ordinaria. Un aumento que, como confirman las mismas fuentes, no generó tampoco incidencias reseñables.
El temporal deja también para la estadística el nivel de agua caída en Logroño. Según la Aemet, la capital riojana registró 48,7 litros por metro cuadrado el sábado, superando de esta manera el récord para un mes de enero establecido en 1952 con 30,9 litros.
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