Tecnología, sostenibilidad, nuevos productos, transparencia y cercanía con el consumidor, las cinco claves de la agricultura del futuro

Navarro ha explicado que el sector ha perdido el 8,3% de su renta total, lo que indica que es incapaz de dar la misma rentabilidad que en el pasado y que hay que evolucionar. Y el secreto para conseguirlo es «innovar el modelo de negocio» y «no dejarse llevar por la lógica dominante». «Hay que pensar de manera diferente y anticiparse -ha subrayado- porque la nueva generación de ciudadanos digitales, que en el 2025 coparán el 47% de la renta disponible, está integrada por los consumidores del futuro, que tienen una forma muy diferente de ver el mundo y de consumir respecto a los analógicos«.

¿Cómo prepararse para ello? Según Navarro, la primera clave es dotar a las explotaciones de «eficiencia y productividad». «No se trata de introducir tecnología porque sí, sino de preguntarse por qué hay que hacerlo», ha indicado: el empleo agrícola cayó el 85% entre 1970 y el 2010, y el crecimiento de la productividad descendió al 1,6% anual entre 1990 y el 2010. Eso hace necesario una agricultura de precisión y predictiva (mejorar el rendimiento de los cultivos y adelantarse a su comportamiento) y automatizada. Como ejemplos de ello ha expuesto dos casos reales: una empresa brasileña que analiza el estado del suelo para saber dónde y en qué cantidad es necesario fertilizarlo, y otra española, onubense en concreto, en la que una máquina es capaz de recolectar cien hectáreas de fresas en tres días con la delicadeza propia de una persona.

El segundo factor de futuro es «producir de manera sostenible». La ecología «aporta valor añadido al precio» y «es tan necesaria como en su momento lo fueron la calidad y la seguridad alimentarias», ha destacado Navarro. Eso exigirá optimizar el uso de recursos, del agua especialmente, utilizar fertilizantes alternativos y potenciar la agricultura vertical y orgánica. El CEO de Innsai ha puesto ejemplos: una empresa israelí, que monitoriza la necesidad de agua del suelo, y otra sueca, que ha levantado un edificio de 60 metros de altura, «capaz de alimentar a 5.000 personas durante todo un año».

La salud, mejor dicho, la preocupación por la salud de los nuevos consumidores, es el tercer factor esencial. De hecho, el 67% de los españoles tiene en cuenta si una marca es sostenible a la hora de elegir un producto o un servicio. En consecuencia, resulta imperioso «diseñar nuevos alimentos en los que las proteínas vegetales sustituyan a las de origen animal y reducir los desperdicios«, reforzando por ejemplo las defensas naturales de los productos (cutícula) para que se mantengan más tiempo frescos.

«Lo importante no es lo que se hace, sino cómo se percibe lo que se hace». Navarro ha introducido así el cuarto factor de futuro para el sector agrícola: la comunicación. El nuevo consumidor está acostumbrado a interrelacionarse a través de las redes sociales y «lo que le resulta realmente relevante, lo que le genera confianza, son las opiniones de sus iguales». Para fidelizarlo es básico, por tanto, que las empresas dejen de ser cajas negras y se vuelvan de cristal, la transparencia en suma«. Ejemplo de ello es un supermercado holandés y lo que permite hacer con sus zumos de naranja procedentes de Brasil: los envases llevan un código QR, a través de cual, los clientes pueden hablar directamente con los agricultores.

Y, la quinta clave de esta agricultura 4.0 es «la conectividad». En este sentido, Navarro ha afirmado que el precio de los alimentos en origen se cuadruplica hasta llegar al consumidor. Esa diferencia se queda en los canales de intermediación. Por ello, el representante de Innsai ha aconsejado a los productores poner en práctica la agricultura de proximidad. Pueden inspirarse en estos ejemplos: la distribución de kits de productos con recetas de cocina, que es «una forma de vender experiencia y de diferenciarse del competidor«, y el caso de un supermercado de Montreal (Canadá), en el que el huerto está en el tejado, »lo que permite al consumidor recolectar sus propios productos«.

Como conclusión, Navarro ha enfatizado que «no hay que esperar a que las cosas se hagan realidad. Tenemos que reaccionar y decidir antes, y Bankia Forward, precisamente, ayuda a que miren hacia adelante y a que visualicen por dónde van los modelos de negocio para que puedan tomar decisiones en el presente«.