Surfeando la ola de calor en el río
Piscinas de agua dulce ·
Las pozas y cascadas de La Rioja acogen a bañistas para mitigar las altas temperaturas del verano, con mayor libertad por las restricciones de seguridad sanitariaSecciones
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Piscinas de agua dulce ·
Las pozas y cascadas de La Rioja acogen a bañistas para mitigar las altas temperaturas del verano, con mayor libertad por las restricciones de seguridad sanitariaCastigaba el calor a primera hora de la tarde de este viernes en Logroño. El termómetro superaba los 36 grados a la sombra y quien no se refugiaba junto a un aire acondicionado lo hacía en las piscinas, embalses y ríos. Ante las ... restricciones de las piscinas por cuestiones de seguridad sanitaria hay quienes han encontrado en el agua dulce la libertad para remojarse y divertirse con amigos y familia.
El Club Náutico El Rasillo vive cada jornada soleada un gran día y las pozas de ríos como el Oja, Najerilla, Iregua y Leza se convierten en piscinas sin control. Cabe recordar que, según informó a este mismo medio la Confederación Hidrográfica del Ebro, el baño está permitido en los ríos por ser «de uso común» y si no existe una normativa específica que lo prohiba a nivel municipal o regional. En este sentido, la Consejería de Salud informa de que La Rioja solo cuenta con una «zona de baño declarada», el embalse González Lacasa de El Rasillo y Ortigosa de Cameros, donde se realizan controles semanales de la calidad del agua y de las condiciones higiénico-sanitarias», además de existir servicio de socorrismo acuático.
Como cada día cuando el calor aprieta, el parque del Iregua de Logroño se llena de grupos de jóvenes, parejas y familias que, como antaño, cuando apenas existían piscinas en la ciudad, encuentran allí un lugar de asueto y refresco, escapando de la urbe. Un matrimonio adulto se apostó a la sombra del puente de la circunvalación con sus hamacas y neveras, como si fuera la playa. Unas mujeres de mediana edad hacían 'top less' junto a La Fombera, como si fuera una recóndita cala. Una familia se apostaba en una de las mesas del merendero junto a la pasarela peatonal que da acceso a Varea, como si estuvieran de camping. Y unos jóvenes aprovechaban las cascadas y pozas del río a su paso por la capital riojana para bañarse, como si fuera un 'aquapark'.
«Hace mucho calor y en casa nos agobiamos mucho, así que venimos a refrescarnos aquí un poco», explicaba Daniel, recién salido del agua. En la orilla le esperaban su esposa y su hijo, más reticentes al baño. «Yo solo libro un día al mes y hoy lo hemos aprovechado viniendo aquí», reconocía Daniel.
Sucedió que, a partir de las 17.00 horas, empezó a llover de forma intermitente en Logroño, como prólogo a una tormenta que no terminaba de llegar. Daniel y su familia aguantaron el primer y el segundo chaparrón. «Esto antes estaba lleno, la gente ha salido corriendo», informó el padre de familia. Aún quedaban, no obstante, más de veinte personas a la orilla del río. «Nos asombramos por la lluvia porque ha bajado la temperatura. Hoy que avisaban que había ola de calor nos brindó un poco de agua el clima», celebraba Daniel.
Al tercer aviso, un grupo de jóvenes, en la parte baja del parque, salió corriendo en busca del refugio de la marquesina del autobús urbano, protegidos por sus toallas a modo de improvisados paraguas y al grito bromista: «¡Sálvese quien pueda!». Lo cierto es que la lluvia dio una tregua bajando la temperatura de los 36,8 grados a las 16.00 horas hasta los 23,9 a las 19.30. Las cortinas de agua se fueron sucediendo durante toda la tarde en la capital riojana, aunque la lluvia fue más intensa en la comarca de Haro y en el Bajo Iregua, trasladándose las nubes hacia el Noroeste.
La Agencia Estatal de Meteorología ya preveía «tormentas con fuerte aparato eléctrico y probable granizo grande en la ribera alta y media», con «rachas de viento muy fuerte». Los servicios meteorológicos adelantan para este sábado una temperatura mínima de 19 grados y una máxima de 37, con cielos despejados, sin precipitaciones y el viento en calma, igual que este domingo.
En Haro -informa María Caro- estalló la tormenta, precedida por fuertes truenos, a las 16.55 horas, y duró diez minutos. No hubo que lamentar daños personales, pero tanto Policía Local, como Protección Civil y Bomberos del CEIS Rioja tuvieron que emplearse a fondo con los vecinos para retirar ramas rotas de árboles, de calles en las que hubo que cortar el tráfico, y para recoger la basura que se repartió por toda la ciudad al volcar numerosos contenedores. Algunas de las calles más afectadas fueron Federico García Lorca y El Mazo, ambas en la zona Este de la localidad. La lluvia también pasó por las comarcas de Santo Domingo de la Calzada y Nájera, pero sin registran incidentes. En general, la lluvia contribuyó a la bajada de las temperaturas, que alcanzó su máxima en La Rioja este jueves en Alfaro, a las 18.15 horas, con 38,9 grados. En cambio, la mínima de la jornada se registró en Santa Marina, en el valle del Jubera, con 16,1 grados a las 19.30 horas, cuando durante la madrugada el termómetro no había bajado allí de los 22 grados.
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