C.N.
Lunes, 24 de marzo 2025, 10:40
La Policía Nacional sigue buscando a la joven de 18 años secuestrada en Logroño supuestamente a manos de sus familiares. La noticia saltaba a los medios este pasado sábado con un escueto comunicado enviado desde la Jefatura Superior en el que, sin apenas datos, aseguraban que esa misma tarde se había interpuesto una denuncia por el secuestro de una joven procedente de Valencia. La víctima había sido detenida en contra de su voluntad en un domicilio en Logroño para ser trasladada de nuevo a la ciudad del Turia.
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Los denunciantes, según un nuevo comunicado remitido este lunes por la Policía, relataron que un grupo de personas había accedido a un piso de la capital riojana para aprehender, a pesar de su negativa, a la joven, que compartía vivienda con su pareja y otro familiar.
Los autores, añade el comunicado, actuando en grupo trasladaron a la joven hasta los vehículos que utilizaban para abandonar el lugar con ella. Todo a pesar de la oposición de los moradores de la vivienda y de la propia víctima.
En la misma denuncia se identificaba a los autores del secuestro como familiares de esta joven que, pese a la oposición de sus parientes, se había trasladado recientemente desde la Comunidad Valenciana a su nueva residencia en Logroño. Por estos hechos la Policía Nacional ha abierto una investigación, que avanza a buen ritmo, para esclarecer lo ocurrido y localizar a la joven.
Fuentes consultadas por este periódico descartan que este sea un caso similar al secuestro de una joven pakistaní en 2010. La víctima había manifestado su intención de divorciarse de su marido con el que se había casado obligada en Pakistán.
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En 2015 el Tribunal Supremo dio por finiquitado el caso de una familia de origen pakistaní que en 2010 retuvo contra su voluntad en la vivienda familiar del barrio de Valdegastea a una de sus miembros, una joven que había anunciado su intención de divorciarse de su marido, con quien se casó obligada en Pakistán. Ocho de sus familiares (padres, hermanos, tíos y exmarido) acordaron encerrarla y vigilarla constantemente durante 12 días. Sólo un despiste de sus captores le permitió lanzar por la ventana varias notas de auxilio que, junto a la alarma de alguna compañera de trabajo, permitió su liberación por la Policía Local de Logroño.
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