La localidad de Santo Domingo de la Calzada se muestra consternada por el fallecimiento de su vecina María Teresa Ramos Arnaiz en el trágico accidente sufrido en la noche del martes en la localidad de Suesa, tras ser arrollada junto a dos acompañantes y un ... perro por un conductor cuya tasa de alcohol superaba la permitida y además también dio positivo en drogas, según las últimas informaciones.
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Por este motivo, el Ayuntamiento calceatense ha emitido un comunicado por el que anuncia que declara luto oficial desde las 13.00 horas del 5 de abril de 2023 hasta las 13.00 horas del día 6 de abril de 2023, durante los cuales las banderas, en todos los edificios municipales, ondean a media asta.
Del mismo modo, ha mostrado «la condolencia y solidaridad de este Ayuntamiento y de todos los vecinos de esta localidad con la familia y amigos de la fallecida, y testimoniar nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de las otra dos víctimas, vecinos del municipio de Sestao».
Según informa El Diario Montañés, el conductor que se llevó por delante este martes la vida de tres personas, una de ellas una riojana de 68 años natural de Santo Domingo de La Calzada, que disfrutaban de unos días de descanso en Suesa arrojó una tasa de alcoholemia de 0,72 mg/l en aire espirado, es decir, casi triplicó la tasa permitida (0,25 mg/l) y dio positivo en drogas, según han informado a este periódico fuentes cercanas a la investigación.
Esta información corrobora el relato que han ofrecido algunos vecinos de la localidad donde se produjeron los hechos, ya que durante la jornada del martes fueron varios los que vieron a J. A. F., vecino de Ribamontán al Mar y de 73 años, alternando por distintos bares.
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La víctima riojana, María Teresa Ramos, tenía 68 años y era natural de Santo Domingo de la Calzada. Tenía cuatro hijas y varios nietos. Todos viven en Santo Domingo. Estaba jubilada y se encontraba en Cantabria con su marido «disfrutando de la vida», según comenta el propietario del camping de Suesa, donde la fallecida estaba alojada. Este matrimonio era asiduo del lugar, al que acudía desde hace veinte años. A la mujer la llamaban cariñosamente «la abuela» en el camping, donde era muy conocida y querida. De cuando en cuando, las hijas y nietos iban a Suesa, pasaban el día con los padres y después se marchaban.
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