«Son solo cosas, dinero», respira aliviado el dueño de la vivienda incendiada en Duquesa de la Victoria

«Son solo cosas materiales, dinero», apuntaba pragmático David, uno de los propietarios de la vivienda de Duquesa de la Victoria 17 cuya terraza se veía envuelta en unas aparatosas llamas a primera hora de la mañana de este viernes. Con el alivio de saber que el fuego no había causado daños personales de ningún tipo, se acercaba el dueño de la casa para contemplar cómo las llamas habían lamido la fachada del edificio y ennegrecido los balcones de los pisos superiores. «Cuando me han avisado, lo primero que he pensado ha sido en los niños [tiene dos hijos], pero me han dicho que había sido más tarde de las nueve y que estaban ya en el colegio», detallaba tras haber abandonado el gimnasio a la carrera al saber del suceso.

Aun con una actitud tranquila y expresión serena, David se preguntaba casi para sí mismo dónde van «a vivir ahora». «Menudo panorama nos espera», se lamentaba con resignación. A pocos metros caminaba nerviosa su vecina del cuarto, cuya terraza lucía tiznada por el humo y que recibía los intentos de tranquilizarla de varios policías que velaban por la seguridad de los viandantes: «Que esté tranquila, que el cuarto piso no está afectado, solo es lo negro del humo en el balcón y eso se limpia».

Los responsables del bar más cercano al lugar de los hechos, el Liberty, observaban sorprendidos los llamativos efectos de un incendio del que ni se habían enterado: «He salido a fumar y me he encontrado con esto», decía Mauro estupefacto.

A primera hora, las espectaculares llamas que escupía el balcón hacían temerse lo peor, lo que afortunadamente no se materializó. Todo quedó en un susto y en un considerable sobresalto para los vecinos de la céntrica calle Duquesa de la Victoria. El incendio, muy aparatoso en sus comienzos, calcinó los enseres de la terraza del tercer piso del número 17 de la transitada vía y afectó a la habitación contigua. El interior de la vivienda, mucho menos dañada, solo registraba problemas generados por el humo, al igual que parte de la escalera del edificio. El resto del inmueble apenas sufría daños, más allá de la negritud que había provocado el humo denso, que durante buena parte de la mañana se pudo percibir en bastantes calles a la redonda.

Según informaron fuentes municipales, el fuego pudo comenzar en la terraza o en la habitación anexa, aunque se desconocen las causas concretas que desataron tal virulencia de unas llamas que alarmaron a buena parte del vecindario. Avisados de inmediato, los efectivos de emergencias, tanto bomberos de Logroño como Policía Local y Nacional pronto acotaron tanto el tráfico rodado como peatonal de la céntrica vía.

Cortada la calle, muchos vecinos del barrio se arremolinaban curiosos, alguno indignado por no poder acceder a negocios cercanos y otros salían a las ventanas para contemplar los destrozos causados por las llamas, no sin ignorar las pacientes peticiones policiales de que se resguardaran en el interior de sus domicilios para evitar afecciones respiratorias a causa del humo.

Tras sofocar el fuego y refrescar las estancias afectadas, los bomberos se afanaron en retirar las persianas y demás elementos de la terraza calcinados que amenazaban con precipitarse a la acera. Poco después, ya con seguridad, se abría al tránsito la calle y se dispersaba el público congregado, aún con el miedo en el cuerpo, perceptible en los semblantes preocupados.

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