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Ainhoa de las Heras y Alba Peláez
Viernes, 8 de marzo 2024, 21:06
Una mujer octogenaria, Isabel H., y su hijo de unos 60 años, Juanjo G., fueron encontrados muertos a primera hora de la tarde de ayer en su domicilio de Basauri. El hallazgo se produjo sobre las dos de la tarde en un segundo piso de ... la calle Karmelo Torre de la localidad vizcaína. Los vecinos llevaban días sin ver a madre e hijo y les extrañaba que tuvieran las persianas de las ventanas echadas. Los amigos de la cuadrilla de Juanjo, con los que solía salir a tomar algo por los bares de la zona, le echaban de menos, no les contestaba a las llamadas y entonces decidieron avisar a la Policía ante la sospecha de que pudiera haberles ocurrido algo.
La anciana tenía problemas de audición y de movilidad y apenas pisaba ya a la calle, salvo para acudir al ambulatorio por una cita médica. El hijo se dedicaba al cuidado de su madre, que ya no se podía valer por sí misma. El padre y marido de las víctimas había muerto hacía años, por lo que vivían ellos dos solos en la casa. «No oír la había limitado por completo. Como no se escuchaba, hablaba muy alto y ya no quería salir de casa. Y por muchos aparatos que se pusiera, no había manera», explicaba una de sus vecinas «de toda la vida». «Son gente muy buena. Es una pena. Nunca habían dado un escándalo en la escalera», lamentaba.
Los Bomberos del parque foral de Galdakao accedieron a la vivienda por el piso superior, con el permiso de la dueña, después de golpear en la puerta y que nadie abriera. «He oído unos golpes muy fuertes a la hora de comer, pero he pensado que sería por la obra que tengo encima», decía una inquilina que lleva alquilada dos años en el bloque y que se enteró de la noticia avanzada la tarde. Les conocía sólo de «cruzarme con ellos en la escalera de subida o de bajada». Según sus vecinos, madre e hijo tenían aparentemente una buena relación. Al entrar, los miembros del servicio de extinción de incendios localizaron a los dos fallecidos.
Policía Municipal de Basauri y Ertzaintza enviaron al lugar unidades de seguridad ciudadana. La Policía autonómica movilizó también a sus especialistas en inspecciones oculares, cuyos agentes registraron el domicilio en busca de evidencias que pudieran explicar qué les había sucedido. Agentes de investigación, que permanecieron en la vivienda hasta pasadas las diez de la noche, tomaron declaración a vecinos y allegados para conocer las últimas horas con vida de las dos víctimas. La comitiva judicial, en la que se integraban los forenses del Instituto vasco de Medicina Legal (IVML), procedió al levantamiento de los cadáveres, que fueron trasladados al servicio Anatómico Forense en el Palacio de Justicia de Bilbao, donde estaba previsto que se les practicaran hoy sendas autopsias.
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Ainhoa de las Heras
Familiares de las víctimas, que se acercaron hasta el domicilio de Basauri avisados por la Ertzaintza aseguraron que «no hay nada raro» en el caso. Según explicaron, los investigadores les habían indicado que la hipótesis más probable era que el hijo muriera por causas naturales en primer lugar y que, posteriormente, la madre, al no poder levantarse ni pedir ayuda y dada su elevada edad y dolencias, habría perecido también. No obstante, habrá que esperar a conocer el resultado de la autopsia para saber exactamente qué ocurrió en el domicilio.
Isabel era natural de Badajoz y se había desplazado al País Vasco en su juventud en busca de un mejor futuro. Su único hijo nació ya en Bizkaia. El marido había trabajado en un taller. El matrimonio tenía otros familiares en Bilbao. La mujer ya no salía de casa. Juanjo, soltero, se dedicaba en exclusiva a atenderla, más si cabe al envejecer y empezar con los achaques propios de la edad. El hombre acudía a diario a hacer los recados y se le veía a menudo por el barrio hasta que hace unos días desapareció y se encendieron las alarmas. La semana pasada tuvieron una reunión de comunidad y él también asistió. «Se le veía un poco demacrado», recuerda la hija de una de sus vecinas. Sin embargo, desde el pasado jueves ya nadie había vuelto a verle.
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