Fallece un trabajador de Calahorra de 48 años tras caer desde una altura de diez metros

Bajo esa nave, la estación depuradora de aguas, dependiente del Consorcio de Aguas y Residuos de La Rioja, almacenaba grandes cantidades de compost. Pero, lamentablemente, el trabajador cayó directamente a una zona encementada y falleció tras el golpe.

El siniestro tuvo lugar sobre las dos de la tarde y hasta el lugar de los hechos se desplazaron varias dotaciones de bomberos del CEIS Rioja, unidades de la Guardia Civil, Policía Local y recursos sanitarios.

La alcaldesa de Calahorra, Mónica Arceiz, y el concejal de Administración General, David Navarro, acudieron a la zona de manera inmediata al conocer la trágica noticia, que ha conmocionado a Calahorra, donde las banderas del Ayuntamiento ondean a media asta. El operario fallecido, padre de dos hijos, era muy conocido en el municipio. Amante del deporte y de los caballos, practicaba pádel y bikejoring. Además, era miembro del club taurino.

Casi a las tres y media de la tarde llegaba hasta el lugar del accidente la autoridad judicial para proceder al levantamiento del cadáver. Una hora después los servicios funerarios se llevaban el cuerpo de la víctima para trasladardo al Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia.

La muerte de José María Gurrea corresponde al décimo tercer accidente laboral mortal que se produce en La Rioja en lo que llevamos de año y el tercero que se registra en Calahorra. El primer fallecimiento en el ámbito laboral en el municipio riojabajeño sucedió el 6 de marzo. Entonces, un electricista de Pradejón perdió la vida al ser arrollado por una carretilla en la empresa Cartonajes Santorromán. Un mes después, el 12 de abril, un albañil, de 62 años de edad y natural de Ecuador, resultó herido de gravedad al caerse de un andamio en un edificio de viviendas de construcción de la calle Pérez Pinilla. Este operario, que trabajaba para la empresa Hicore, falleció dos días después al no poder superar el fuerte traumatismo craneal que sufrió al precipitarse al suelo.

Las peores consecuencias de la siniestralidad laboral están viviendo este año un claro repunte. En 2018 se alcanzó la cifra más baja, con solo un fallecido, de la serie histórica del Ministerio de Trabajo.