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Llegaron los dos a Logroño con un único objetivo: superar el examen teórico del carnet de conducir. Uno, de 36 años de edad, llegó desde Huelva; el otro, de 26, desde Zaragoza. Ambos son naturales de Mali. El que quería lograr la licencia de conducción era el primero, pero el que tenía que hacer el examen era el segundo. La cosa les salió mal y ambos acabaron detenidos en las dependencias de la Guardia Civil: uno acusado de un delito de falsedad documental y otro de ser, además de inductor, colaborador necesario.
Todo comenzó en el aula de exámenes de la Jefatura Provincial de Tráfico en Logroño. Allí se había presentado el vecino de Zaragoza, de 26 años de edad, a realizar la prueba teórica. No era la primera que hacía, de hecho se había convertido en un experto en realizar exámenes del carnet de conducir para terceras personas a cambio de diferentes cantidades de dinero. Tanto es así que, según explican fuentes policiales, recorría todo el país haciendo exámenes. El vecino de Huelva contactó con él y decidieron que Logroño sería una buena plaza para intentarlo, no como Huesca, Jaén o Teruel, donde ya le habían detenido cometiendo los mismos hechos. Con lo que no contaban era con la presencia de agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil controlando la identidad de los aspirantes a conductores. O, si contaban con ello, confiaban en que no fueran capaces de detectar que quien figuraba en la tarjeta de residencia con la que se identificó para acceder al examen no era la misma persona que estaba contestando las respuestas.
Los agentes esperaron al final del examen para intervenir. La prueba se realizó con total normalidad y cuando los alumnos se disponían a abandonar las instalaciones de la DGT procedieron a verificar la identidad vecino de Zaragoza «al haber observado la no coincidencia de sus rasgos faciales con los de fotografía del Número de Identidad de Extranjero (NIE) que había presentado para acceder al examen», dice la Guardia Civil en una nota de prensa.
En ese momento los agentes pudieron comprobar que era «un experto en el campo de la suplantación» y que contaba con un amplio historial por hechos similares, por lo que procedieron a su detención. En el exterior de las instalaciones le esperaba el vecino de Huelva, que también fue detenido. Los dos fueron puestos a disposición judicial y se enfrentan a penas de entre seis meses y tres años de prisión y multa de seis a doce meses.
«Con esta actuación se ha impedido que el suplantado obtenga de manera fraudulenta el permiso de conducción español, careciendo de todos los conocimientos relacionados con la seguridad vial, normas de circulación o señales, lo que hubiera supuesto un problema de inseguridad para el resto de ciudadanos que circulan por las carreteras del país», concluye la Guardia Civil.
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