Desmantelan una banda con 17 millones de euros en droga en su poder

Solo con el speed y la cocaína adulterados se hubiesen conseguido más de 600.000 dosis, ha explicado el responsable de prensa de la Guardia Civil, Miguel Ángel Sáez.

La operación comenzó en abril con una detención en Calahorra de una persona que circulaba con un vehículo con nueve kilos de speed. A partir de ahí, los agentes comenzaron a tirar del hilo y descubrieron que trabajaba para una red asentada en el País Vasco. Al comprobar que la Ertzaintza también trabajaba en el desmantelamiento de la misma banda, por lo que se unieron para llevar a cabo una operación global.

La red, que se protegía con mucho cuidado y con su sede principal en Baracaldo, estaba armada y era muy peligrosa. Por eso han sido meses de investigación muy discreta hasta que se lograron las órdenes de registro en doce inmuebles y trasteros ubicados en Potes, Castro Urdiales, Gamiz-Fika o Vitoria donde se escondía la droga.

El punto de distribución estaba ubicado en un caserío de Gamiz-Fika y desde ahí se distribuía a «todo el norte de España, pero también podría ir a otras partes de España y de Francia»

El el jefe de la comisaría de Bilbao de la Ertzaintza José Enrique Sánchez ha destacado el trabajo conjunto de ambos cuerpos que ha dado un golpe histórico al narcotráfico, de una banda que contaba «con medios tecnológicos» y formas de protección que ha hecho que el trabajo haya sido «compleja, con seguimiento, tratamiento de la información y acceso simultáneo a diversos inmuebles». Cientos de horas de callado seguimiento han sido clave para que el trabajo haya resultado exitoso. «Tenemos delante un mercado de droga», ha expuesto el jefe del grupo de drogas de la comisaría de Bilbao, Hermelo Molero.

La estructura del grupo estaba bien diseñada, con las funciones muy marcadas, y durante la comparecencia se ha explicado que uno de los jefes de la banda tiene «73 años con más de 20 años en prisión» por lo que Melero lo ha calificado «de multirreincidente».