Derrumbe en Logroño
Muere un trabajador en el derrumbe de un edificio en obras en Juan XIII
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Muere un trabajador en el derrumbe de un edificio en obras en Juan XIIIUn trabajador muerto y dos heridos trasladados al Hospital San Pedro. Tal es el balance del derrumbe del edificio anexo al colegio de Adoratrices, en pleno Paseo de las Cien Tiendas, que se produjo a las diez menos cuarto de la mañana de este martes. ... Las causas del suceso las está estudiando la Policía Nacional. En un principio se barajó una explosión de gas como motivo del colapso, pero después se supo que la caída de los distintos pisos del bloque rompieron una canalización de gas y de ahí la fuga y el olor que se percibió por el vecindario. Los dos primeros heridos, que estaban desarrollando sus tareas en el inmueble, pudieron ser rescatados enseguida. De hecho el primero fue sacado por sus propios compañeros, mientras que el segundo requirió de los bomberos. Uno presentaba heridas de carácter leve y otro estaba más grave, pero consciente. Su evolución, ya en las primeras horas, fue favorable, según explicó el concejal de Seguridad, Francisco Iglesias.
La localización y rescate del tercero llevó horas, el trabajo de ochenta profesionales y todos los medios disponibles, desde drones a perros.
El cuerpo sin vida del trabajador fue hallado hacia la una menos cuarto de la tarde, debajo de los restos del derrumbe, después de que los bomberos hubieran estado desescombrando a mano tratando de dar con él, una vez que los perros no habían hallado señales de vida. Dado el estado en el que quedó el edificio, las tareas de rescate contaron con dificultades añadidas. De hecho, los bomberos tuvieron que ser protegidos durante su labor por el cazo de una máquina pesada, dado que quedaban cascotes colgando y forjados inestables. Un vehículo funerario sacó finalmente los restos mortales del recinto pasadas las tres de la tarde, una vez que el personal del juzgado hizo su labor.
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La fachada se
derrumbó desde
la tercera planta cayendo en cascada toda la pared
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El tercer trabajador se encontraba atrapado bajo los escombros en
la parte inferior del edificio
3
Las tres víctimas se encontraban
trabajando en el edificio. Los
dos primeros heridos fueron
rescatados en el patio
Edificio de
la residencia
Patio
Patio
Colegio
Adoratrices
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La fachada se
derrumbó desde
la tercera planta cayendo en cascada toda la pared
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El tercer trabajador se encontraba atrapado bajo los escombros en
la parte inferior del edificio
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Las tres víctimas se encontraban
trabajando en el edificio. Los
dos primeros heridos fueron
rescatados en el patio
Edificio de
la residencia
Patio
Patio
Colegio
Adoratrices
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La fachada se derrumbó desde
la tercera planta cayendo
en cascada toda la pared
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Las tres víctimas se encontraban
trabajando en el edificio. Los
dos primeros heridos fueron
rescatados en el patio
El tercer trabajador se
encontraba atrapado
bajo los escombros en
la parte inferior del edificio
Avda. de la
Solidaridad
Ciriaco
Garrido
Juan XXIII
Patio
Doctores
Castroviejo
Edificio de
la residencia
Patio
Calvo
Sotelo
Colegio
Adoratrices
El edificio colapsado, en plena calle Juan XXIII de la capital, levantado en los años sesenta, contaba con planta baja y tres alturas. Una parte del mismo se desplomó «en efecto dominó, es decir, una pieza empujó a la otra y esta a la siguiente», explicaba el concejal responsable de la Policía Local y Bomberos de Logroño. Así, los escombros se acumularon en la planta baja. Quedaron vigas partidas, forjados colgando... El inmueble se encuentra al lado de las Adoratrices, si bien su patio apenas se vio afectado porque la zona de obras estaba acotada.
Los vecinos hablaban del estruendo y del desprendimiento de los pisos «al estilo de lo que fueron las Torres Gemelas», es decir, en vertical, mencionaba una de ellas, con despacho en la zona y que había llegado a presenciar el suceso por la ventana. La llegada de los efectivos de ayuda fue rápida. Hasta allí se desplazaron los servicios de emergencias de las administraciones local, autonómica y nacional, unas 80 personas que trabajaron coordinadas. También se movilizaron seis ambulancias, dos soportes vitales avanzados, ambulancias medicalizadas y recursos de Protección Civil. Por precaución, en las primeras horas se evacuaron los edificios anexos y bajos comerciales. Lo que pasará ahora será que se demolerá de forma controlada el resto del edificio, cuya estructura ha quedado totalmente inservible.
Al caer la tarde, seguían desalojados los inquilinos de una veintena de inmuebles de las comunidades de vecinos de los números 16 y 18 de Calvo Sotelo, entre los que figuran cuatro locales comerciales (Cuplé, Julio Herrero, Valentino y Tuc Tuc). A los residentes y comerciantes se les ofreció el realojo en alguno de los pisos sociales municipales, aunque solo en un caso se hizo uso de este recurso, ya que el resto prefirió alojarse con familiares, con la confianza en que en una o dos noches volverán a su hogar.
Según informó el Ayuntamiento, los desalojados iban a permanecer al menos hasta por la mañana fuera de sus casos, plazo que podría extenderse más si así lo determinan los servicios técnicos y de seguridad. Según la Policía Local, entre los afectados había personas de todas las edades, aunque predominaban matrimonios mayores. Todos mostraron una actitud colaboradora con los agentes pese a la situación sobrevenida a primera hora de la mañana. «Yo por mi parte estoy muy tranquila, esta noche la voy a pasar con mi hijo y prefiero no pensar en más», resumía muy tranquila Marian, vecina desalojada del 16 y propietaria del bar Magyk, ayer a rebosar como el resto de terrazas de la zona, que por la tarde recuperaba la rutina bulliciosa de estos días. El estruendo no lo oyó, porque como cada día a las 06,45 horas ya estaba detrás del mostrador preparándolo todo para los desayunos, aunque a primera hora de la mañana sí oyo lo que ella considera que fue como un aviso de que algo se estaba preparando. «Ha sonado un ruido que ha sonado como un petardo o como si alguien estuviera matando pájaros, pero no he sido la único en sentirlo, porque he oído que el vecino de arriba se levantaba e iba también a la ventana».
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Derrumbe en las obras de AdoratricesVer 33 fotos
Óscar es uno de los vecinos del número 14, que pese a la cercanía del siniestro («desde la ventana de mi casa da miedo ver el espectáculo de destrozos y destrucción que ha dejado el siniestro») no ha sido invitado a abandonar su casa. «Por suerte no nos ha afectado, pero mi mujer y yo estamos valorando mudarnos estos días con mi hijo de corta edad a casa de mis suegros en Villamediana», relataba a pie de portal al tiempo que se tranquilizaba pensando que si hubiera riesgo «nos hubieran dicho algo». En el momento crítico del crujido él se encontraba trabajando y su mujer paseando con el peque, todo en orden, aunque pronto temieron -en cuanto se enteraron de la noticia a través de larioja.com, por el otro miembro de la familia, el loro. «Por suerte no le ha pasado nada», decía aliviado.
En el vecino bar Marbella sí se ha vivido la tragedia en primera persona. «Estaba en la cocina cuando se ha oído el estruendo, al principio he pensado que sería una de tantas maniobras que llevan realizando los camiones desde que iniciaron los trabajados hace ya varia semanas, pero luego me he dado cuenta de que algo pasaba, porque la humareda no era ni medio normal», resumía Cecilio a media tarde de este martes mientras seguía atendido a la numerosa clientela reunida en torno a las mesas. «Claro la gente pregunta y todo el mundo lamenta la muerte del obrero. Ha sido lo peor, claro, yo seguramente lo conocía porque tenían la costumbre de venir aquí a almorzar», señala convencido de que no hay mal que no pueda empeorar, en referencia a la seria de calamidades que vienen soportando en este entorno de las Cien Tientas. «Ahora ya solo no falta que se rompa una tubería y nos quedemos sin agua», concluye.
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El edificio vacío junto al colegio de Adoratrices se estaba reformando para abrir como residencia universitaria. El inmueble, vendido por la congregación religiosa tras ser separado del centro educativo, albergará hasta 120 habitaciones con una inversión de 3 millones.
El proyecto, que de momento es el básico, plantea la reforma del edificio, conservando la fachada actual a la que se graparían placas cerámicas, y demoliciones parciales y vaciados de interior para adecuarlo a un moderno alojamiento de estudiantes del siglo XXI, con 120 habitaciones.
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