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La báscula no falla, aunque los policías forales que se toparon con una furgoneta Citroen en la N-113, a la altura del municipio navarro de Cientruénigo, no tenía demasiadas dudas de lo que iba a suceder. Cargada hasta los topes, en su interior, y ... con un bulto extra en la baca, el vehículo mixto sufría para rodar.
Para comprobar empíricamente lo que la intuición les adelantaba, los agentes llevaron el vehículo a la báscula del municipio y la sorpresa fue grande: 865 kilos de más, es decir, un 43% de carga superior a la permitida. Y el conductor, vecino de Calahorra, se llevó una multa de 200 euros, además de ver cómo inmovilizaban el vehículo. Pero esa sanción no fue la única, ya que los uniformados levantaron otra acta porque el permiso de conducir estaba domiciliado en Lorca, a pesar de que el conductor 'pesado' lleva años empadronado en Calahorra.
Y, para completar el curioso panorama, según informa Enrique Conde (Noticias de Navarra), el infractor telefoneó a otra persona que acudió al lugar con un vehículo vacío para descargar kilos y kilos del material que portaba ilegalmente. Una vez comprobado que la furgoneta ya cumplía con el reglamento de circulación, los agentes la dejaron partir. Una liberación para el vehículo y un alivio para el resto de conductores de la vía.
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