Crimen de Cuzcurrita
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Crimen de Cuzcurrita
«Me cuesta creer que me hayan robado a una buena persona y trabajadora, sin enemigos»Pasadas las once y media de la mañana, apenas un día después de que el cuerpo de Guillermo Castillo fuese encontrado por sus familiares tras sufrir un brutal asalto en su domicilio, fueron varios los amigos y vecinos que se arremolinaron cerca de la ... vivienda. Al poco, Yolanda Castillo, hija de la víctima –que era el dueño del restaurante Casa Guillermo–, era arropada por varios de sus familiares. «Sé fuerte, cariño», le animaba su prima. En ese preciso instante, interrumpía esta delicada conversación para sacar las fuerzas que le quedaban y atender a este diario.
«Estoy todavía en 'shock', me cuesta creer que me hayan robado y quitado a una buena persona y trabajadora, sin enemigos», reconocía muy emocionada. Sobre todo, por la brutalidad del suceso, que ocurrió en una localidad que apenas cuenta con 488 vecinos, y por lo querido que era Guillermo. «Es muy duro, muy complicado. Me lo han quitado y no se lo merecía. Él siempre decía que quería vivir cien años, que cada día que salía era para tener nuevas ilusiones; su vida era sonreír», afirmaba ya con las lágrimas sobre la mejilla.
El día después
Justo Rodríguez
Su mirada (y esperanza) no podía estar puesta en otro desenlace que no fuese encontrar al autor o autores de los hechos. «Espero que estemos cerca de poner nombre y apellidos a la persona o personas que lo hicieron para que haya justicia y él pueda descansar», aseguraba. No solo por eso. «Todos estamos consternados por lo que ha pasado, al final no deja de ser un pueblo pequeño donde todos nos conocemos y donde no sabes dónde está la persona o las personas que lo han hecho; la gente está asustada».
Yolanda Castillo fue quien se encontró en la madrugada del martes un charco de sangre en el domicilio y quien alertó a su hermano Sergio, quien, de hecho, se enteró del trágico suceso cuando iba a trabajar. «Me llamó mi hermana sobre las 8.30 horas y me dijo que estaba en casa de mi padre, que estaba la puerta abierta y que había un charco de sangre, que si podía ir», recordaba.
Nada más llegar, apenas una hora más tarde, «ya estaba todo acordonado», explicaba mientras apuntaba que, aunque la investigación permanece bajo secreto de sumario, «pienso que ha tenido que ser alguien conocido». Yolanda también eludió dar detalles, si bien aclaró en el mediodía de este miércoles que «el cuerpo todavía está en el Instituto Anatómico Forense de Logroño. En cuanto la jueza decida que se pueda dar sepultura, determinaremos que descanse cantándole una ranchera, como él hacía», decía con una sonrisa.
De hecho, el domicilio de su padre permaneció acordonado y custodiado por dos agentes de la Guardia Civil. «Falta la Policía Científica. Es un trabajo muy arduo y largo, debe de haber bastantes pruebas y hay que juntarlas, pero prefieren que no entremos nadie ni en la vivienda ni en el restaurante para evitar que se contaminen. Confío plenamente en el trabajo de la Justicia», explicaba Yolanda mientras agradecía el respaldo que estaba recibiendo por parte de la Guardia Civil, de la Policía, de amigos o de los medios de comunicación –hasta Cuzcurrita acudieron periodistas del programa Ya es Mediodía o En boca de Todos, entre otros–.
Al poco, José Ramón Blasi, que reside a «cien metros» de la vivienda de la víctima, afirmaba que seguía sin dar crédito a lo sucedido. «No soy capaz de asimilarlo. He visto los cordones de la Guardia Civil y no doy crédito; lo único que ha hecho este hombre es trabajar, cuidar a su familia y acoger en su restaurante a todo el mundo», reconocía este vecino que esperaba que «se haga justicia, porque es el único consuelo que puede tener la familia y el pueblo. Este suceso genera miedo y desconfianza, porque le podría haber pasado a cualquiera».
En este sentido, Jesús Visa de Juana, vecino de la localidad, confesaba que estaba «sorprendido y con miedo, porque no nos esperábamos que fuese a ocurrir (el crimen), pero ha ocurrido, y le podría haber pasado a cualquiera». Por ello, reclama que exista «más protección en los pueblos, porque estamos un poco abandonados».
Cuzcurrita sigue inmersa en un continuo pesar. «Nos despertamos el martes con un 'shock' tremendo y seguimos impactados; nunca estás preparado para aguantar estas cosas ni para soportarlas», asegura Fernando Castillo, teniente de alcalde que, a su vez, es familiar de la víctima. «Estamos afectados, porque más que familia somos amigos, es una comunidad pequeña y estamos todo el día conviviendo».
Una conmoción que también corrobora el primer edil de la localidad, Román Urrecho: «El pueblo está en 'shock', porque nunca ha ocurrido nada ni ningún suceso; es un municipio pequeño». Sobre todo, porque Guillermo Castillo «era uno más». «Nació aquí, fue a la escuela aquí, venía de una familia muy humilde y era muy trabajador». En este sentido, el teniente de alcalde expone que «todo apunta a que sea un tema económico, porque no nos entra en la cabeza que sea otro motivo, pero no debemos de hacer conjeturas». Por todo ello, el Ayuntamiento ha convocado para este jueves por la mañana (a las 11.15 horas) una concentración en la plaza Mayor para mostrar la «repulsa» del municipio ante los hechos y apoyar a la familia.
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