El fútbol era el campo de trabajo de Guillermo de Soto, que abandonó su antiguo empleo de comercial para dedicarse por completo al balompié, pero también el argumento del que el exentrenador y exojeador se valía para captar y manipular a los jóvenes y así ... conseguir saciar sus deseos.
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La Policía Nacional desveló cómo actuaba el investigado y puso varios ejemplos. Uno de los más llamativos sucedió cuando el extécnico convenció a un menor para acudir a otra ciudad con la excusa de firmar un contrato como futbolista profesional. Entonces le propuso «acudir a un hostal para mantener relaciones», algo que éste declinó.
En otras ocasiones, eran las palabras, las alabanzas, las que servían para engatusar a los jóvenes y, a través de redes sociales y de mensajería, les hacía «sentir importantes» y les prometía llegar a lo más alto, algo que lograrían si seguían sus consejos... y algo más. Los que se negaban temían perder su gran oportunidad y no dar el salto.
También se relacionaba con las víctimas cibernéticamente para pedirles fotografías de sus partes íntimas e, incluso, en alguna ocasión llegó a ofrecer dinero «por realizar conductas sexuales», según los detalles desvelados por la Policía Nacional en La Rioja.
Las dificultades de la investigación han sido muchas, agravadas por tal y como relató el jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, por la confianza que los chavales depositaban en la figura del entrenador y por que, a esa edad, los adolescentes son «muy celosos de su intimidad y recelan a la hora de contar lo que les ocurre».
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