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la rioja
Logroño
Martes, 7 de agosto 2018, 11:07
Se hacían llamar «los payasos justicieros», como en la serie 'La que se avecina'. Pero sus gamberradas eran de verdad, provocaron muchos daños y pudieron haber causado muchos más.Eran muy jóvenes, dos de ellos menores de edad: todos tenían entre 16 y 23 años. Y todos vecinos de Logroño. Y en los últimos meses, en una espiral de vandalismo en el que muchas veces actuaban por venganza, la Policía les adjudica el incendio total o parcial de 33 coches (cuatro de ellos robados previamente), el robo de otro que abandonaron en el Monte Cantabria, daños en otro más, el incendio en tres garajes comunitarios, otro ocurrido en las instalaciones de las bodegas Marqués de Murrieta y el robo y destrucción de un ciclomotor.
Varios han sido detenidos: seis jóvenes vecinos de la capital, dos mujeres y cuatro hombres, dos menores. Y la Policía espera que haya más implicados en los próximos días.
En total, por ahora a la banda se le imputan los siguientes hechos:
- Daños en 10 coches, seis de ellos en el lugar donde estaban aparcados y otros cuatro que robaron primero y quemaron después en otro lugar
- Robo y posterior incendio de un ciclomotor
- Daños en otros dos automóviles, uno robado y abandonado en el monte Cantabria y otro dañado en el mismo aparcamiento en el que se encontraba
- Incendio en tres garajes comunitarios de Logroño (en Avenida de Colón, plaza del Otoño y Doce Ligero), donde se produjeron daños de distinta consideración en otros veintitrés vehículos. En los tres se produjeron daños «gravísimos», según la Policía, en las infraestructuras, con peligro cierto para los vecinos.
- A dos de ellos, la rotura de los cristales de 53 marquesinas de autobús y de varias lunas de coches en Logroño, Lardero y Villamediana
- Y a otros dos (los menores) se les adjudica también la pertenencia a un grupo que robó al menos 20 ciclomotores entre diciembre del año pasado y junio de este año.
La Policía comenzó a perseguir a estos «payasos justicieros» desde el mes de junio. Los primeros incendios hicieron pronto sospechar a los agentes de detrás de ellos había una autoría común, o al menos la participación de un grupo de personas relacionadas con una motivación común. Ha sido una investigación, cuenta la Policía «extremadamente complicada», y más dada la alarma social y el peligro de los hechos que se estaban produciendo, sobre todo en garajes comunitarios.
Durante la investigación, los agentes llegan a la conclusión de que en un principio los autores tenían como móvil la venganza: robaban vehículos que luego quemaban y abandonaban en descampados para ajustar «cuentas» de diverso tipo con sus dueños, y también quemaron un contenedor como represalia por haber recibido una multa de la Policía Local.
Desde ahí, evolucionaron a la destrucción de coches con la intención de no dejar pruebas a la Policía, o incluso la propia «diversión»: robaban vehículos para «darse una vuelta» y después calcinarlos.
Al final, quemaban por diversión y ostentación, para poder luego alardear de sus «hazañas» en internet. Esto último complicaba aún más la investigación, porque las víctimas de los incendios eran aleatorias, sin relación alguna con los autores.
La Policía llegó a identificar al grupo y sus lugares de reunión, sobre todo en el aparcamiento el Palacio de los Deportes y el campo de Las Gaunas. Aunque no se llega a hablar de líderes del grupo, sí que se identifica a tres personas (dos hombres y una mujer) como los más activos y propensos a las acciones vandálicas ya animar a los demás a cometerlas. Los tres son los únicos que han ingresado en prisión.
A la vez, de en la calle, la Policía investigaba también en internet. Porque a los «payasos justicieros» les gustaba alardear en las redes sociales, e incluso intentaban que se les unieran más «amigos».
La Policía fue identificado poco a poco a los perfiles que buscaba, y ampliando el círculo, en una investigación que sigue en curso y en la que podría haber más detenidos.
Dos de los detenidos (chico y chica) son los autores además de la rotura de los cristales de 53 marquesinas de autobús y de varias lunas de vehículos en la noche del 19 al 20 de julio. Son dos de los tres que están ahora mismo en prisión, los miembros más activos del grupo.
Fueron detenidos pronto, y en el coche (ella conducía, él disparaba canicas) les encontraron, además del tirachinas y las canicas con las que rompieron los cristales, una garrafa de plástico rojo con unos dos litros de gasolina. En total, los daños de esta noche de «cristales rotos» superan los 23.000 euros.
Además, dos de los ahora detenidos, los dos menores de edad, también estuvieron implicados en el robo de al menos 20 ciclomotores entre diciembre de 2017 y junio de este año, una operación en la que en total se detuvo a 10 jóvenes.
Pero no por eso se detuvieron ahí: de hecho, uno de esos menores volvió a ser detenido a mediados de julio, cuando se dio a la fuga con una moto robada junto a otro menor. Tras ser apresado por la Guardia Cvil, confesó el paradero de otra motocicleta, que tambien habían robado y escondido. Ese menor ha vuelto a ser detenido (tres veces en mes y medio) en esta operación.
En total, pues, la Policía ha detenido a dos mujeres y cuatro varones, todos ellos de nacionalidad española y residentes en Logroño. La Policía insiste en que en los incendios, sobre todo en los provocados en el interior de los garajes comunitarios, hubo grave peligro para la integridad física de los vecinos, tanto por el humo y los daños en los garajes como por la emisión de gases tóxicos, que fueron detectados por los TEDAX y por los bomberos.
No es un detalle sin importancia: si la Justicia entiende que en los incendios se produjeron daños para la vida de las personas, las penas porían ser de entre 10 y 2o años de cárcel.
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