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Un camión en llamas a gran velocidad sorprendió este miércoles a los vecinos de la calle Mayor de San Millán de la Cogolla. En torno a las 8 de la mañana un camión extranjero recorría la calle central de la localidad «muy por encima de ... la velocidad permitida, a 70 u 80 kilómetros por hora», según apuntaban los testigos, con un cargamento de naranjas. De nuevo pudo haber sido culpa de una indicación por GPS errónea, según indicó el alcalde, Ismael Maestro.
«Y eso a pesar de que hay antes dos controles de galibo, pero se los ha llevado por delante», lamentaba el primer edil. «No ha hecho caso a las señales de altura».
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El camión pasó entonces por la parte más estrecha de la calle y destrozó gran parte de un balcón del número 62 y posteriormente causó diferentes desperfectos en otras viviendas, especialmente en balcones. «Es algo que ya había ocurrido otras veces, por eso instalamos las señales –explicaba Maestro–. Pero esta vez se ha quedado enganchado en los cables de luz. Los ha soltado y ha prendido una chispa», detalló Maestro.
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En lugar de detenerse, como ocurrió con el conductor la última vez (en abril de este año) decidió continuar su marcha lo más rápido posible, ardiendo, prendiendo diferentes zonas del pueblo, lo que provocó que alguaciles y vecinos interviniesen rápidamente con extintores para apagarlo hasta llegar casi a la pedanía de Lugar del Río. Allí, el vehículo se detuvo, con la carga ya completamente calcinada.
Las toneladas de naranjas se fueron desperdigando por el camino a medida que la estructura del camión se iba deshaciendo y se detuvo finalmente. Hasta allí se desplazaron bomberos del CEIS, Guardia Civil y Forestales, porque era una zona de monte en la que el incendio desatado suponía un riesgo medioambiental. La carretera desde San Millán hasta Lugar del Río permaneció cerrada al tráfico durante horas.
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Cuando llegaron, el conductor del vehículo no se encontraba en su interior y las fuerzas de seguridad lo localizaron en el monte.
A las 10.00 acudían los trabajadores de la empresa Iberdrola, que tuvieron que cortar el suministro eléctrico en gran parte de la localidad durante algunas horas para reparar los cables dañados.
Las propietarias de la vivienda más afectada, una casona del siglo XVII y que paradójicamente está protegida por Patrimonio, viven en Logroño. Su disgusto no era nuevo, ya que reconocían que hechos similares han ocurrido en muchas ocasiones. Incluso cuando sus padres aún vivían en ella. «Los vecinos nos dicen que esas son las veces que nos enteramos, pero que pasan muchas más. Todas esas grietas de la fachada antes no estaban», señalaban Julia y Gloria Lerena Armas.
«No es nuevo, la última vez que ocurrió algo así fue el 26 de abril, cuando la casa se llevó un golpe gordísimo y también provocó un incendio. Gracias a la rápida intervención de un vecino no fue a más. Pero se ven las consecuencias, incluso dentro de la casa. Tuvieron que intervenir los bomberos, entrar desde la calle de atrás. Los suelos están destrozados», explicaba Julia. La reparación de la casa no es sencilla ya que hay que encontrar gente que trabaje en la piedra. «Iban a venir en enero a arreglarlo, y fíjate ahora qué destrozo tan terrible».
Además de los daños materiales, los vecinos temen por los cables de luz, que consideran que se encuentran muy bajos. «Creo que debemos tener en cuenta el peligro de los cables de la luz. Si se llega a quedar empotrado aquí el camión hubiese sido una tragedia. Se hubiesen incendiado estas casas, las de alrededor y todo el pueblo. Estos cables no pueden seguir aquí. No sé qué más tiene que pasar», dicen los vecinos.
«No sabemos qué solución podemos dar, ¿cerrar al tránsito total de vehículos esta calle?», se preguntaba su alcalde Ismael Maestro, impotente.
El conductor del vehículo abandonó el camión en llamas, pero la Guardia Civil y agentes forestales del Gobierno de La Rioja localizaron al camionero en la zona denominada 'Eméndula'. Se trata de un varón de 62 años, natural de Perú y vecino de Jaén que realizaba una ruta de Valencia a La Junquera. El camionero, según la Guardia Civil, pudo desviarse de la zona al haber introducido en el GPS unas coordenadas erróneas, en la zona conocida como el 'Triángulo de la pantaloneta', buscando una gasolinera que en realidad está a 600 kilómetros. Según informaron, se han abierto diligencias para el total esclarecimiento de los hechos. Tras su localización, se le realizaron pruebas de alcohol y drogas en San Millán que dieron resultado negativo. Un hecho que se suma a la larga lista de vehículos 'varados' en las carreteras riojanas. El último de ellos ocurrió precisamente hace un mes, el martes 21 de noviembre. Un camión-tráiler que también se dirigía a la frontera de La Junquera (Gerona) quedó encallado en una pista forestal de Ezcaray, buscando una gasolinera fantasma en la pequeña aldea de Turza.
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