El alcalde de Villarroya, Salvador Pérez, estuvo anoche hasta bien tarde pendiente del incendio. El peligro de que el fuego llegara a su localidad, a menos de 5 kilómetros del incendio, le tuvo en tensión durante horas. Hoy habla ya más tranquilo y asegura que ... está todo controlado, solo queda algo de humo«.
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Salva, como le conocen los vecinos, se queja de que hubo pocos efectivos: «con la fuerza con la que avanzaba el fuego, ya le dije al consejero que tenían que haber llamado a gente de todos los lados». Y es que la arde de ayer era propicia para que el incendio se hubiera descontrolado, con fuertes rachas de viento y atas temperaturas. «Hoy, sin embargo, no sopla ni gota de aire», añade.
El alcalde estuvo muy cerca del fuego, «a 300 o 400 metros, y no tenía buena pinta. Estábamos muy preocupados, porque éramos el municipio que más cerca estaba, aunque finalmente se fue hacia la zona de Grávalos».
Desde primera hora Salva se ha acercado a la zona del fuego y ha visto que «apenas quedaba algún resquicio» y ha respirado aliviado. «Ahora voy a ver si desayuno», decía pasadas ya las 9 de la mañana.
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