Asesinato de Isam

«Pido disculpas. No quería que pasara esto»

El Ministerio Público solicitaba 25 años de cárcel por el asesinato y cinco más por robo con violencia, lo que también pedía la familia del joven repartidor de Oyón.

En el inicio de la jornada y antes de la declaración de los acusados, los abogados adelantaron cuáles iban a ser las bases para ese acuerdo. Todos coincidieron en señalar problemas de drogadicción y abuso de alcohol de los inculpados, además de una «inteligencia límite» de Sergio I., que acarrea una minusvalía del 43%. El otro gran pilar que sustenta la decisión es el resarcimiento económico a la familia de Isam.

El momento más esperado de la primera jornada era la declaración de los acusados y todos enlazaron una retahíla de monosílabos. Tras proyectarse unos vídeos grabados por las cámaras de seguridad de la Biblioteca de La Rioja en las que se les veía bromeando, con la bicicleta de Isam, la cazadora que le habían robado y a uno de ellos hasta imitando una de las patadas que le propinaron, respondieron a las preguntas de la Fiscalía. Lo hicieron con escuetos «síes» para reconocer los hechos (agresión, sustracción de la bici, drogadicción y abuso de alcohol...) y contestaron a sus abogados para pedir disculpas. Breves, en todos los casos.

«Sí, estoy bastante arrepentido, pido perdón» decía Andrés Felipe C. «Sí, estoy muy arrepentido. Me gustaría dar mis más sinceras disculpas a la familia», añadía Michael G, cuya madre se ha comprometido a abonar gran parte de la indemnización. «Estoy arrepentido desde el primer momento que me lo dijeron [la muerte]. No tenía intención de hacerlo», explicaba César Salvador D. «Mi más sinceras disculpas y mis más sinceras condolencias. No quería que pasara esto», sintetizaba Sergio I, último de los declarantes.

En la sala, la familia escuchaba esas palabras con estupefacción, rabia y algunas lágrimas. Ya fuera, la hermana de Isam Haddour resumía sus sentimientos: «No les creo. Lo hacen para salvarse. Es mentira. Dicen que llevaban tres días de fiesta. ¿Pero nos toman por locos?».

El jurado formado por nueve miembros deberá escuchar hoy las primeras testificales. Aunque el objetivo es acortar el proceso debido al acuerdo existente, se debe practicar una parte sustancial de la prueba para dictaminar la culpabilidad. Los policías que identificaron a cinco de los participantes en la mortal agresión minutos después de los hechos por incumplir el toque de queda y los que esa noche detuvieron a uno de los implicados por una tentativa de robo junto a Las Gaunas serán algunos de los declarantes.

La primera de las sesiones del juicio sirvió para recordar la brutalidad y frialdad de los cuatro acusados, además de para intuir cuáles son los argumentos de las defensas para lograr una reducción de penas, basadas principalmente en las adicciones.

Antes de reconocer individualmente los hechos, la letrada leyó el informe médico que recogía el escrito de la Fiscalía. Más de treinta heridas por todo el cuerpo de Isam, además un traumatismo craneal y gravísimos daños cerebrales fueron la consecuencia de una agresión extrema, sin empatía hacia la víctima y en la que los policías comprobaron «disfrute» por parte de los acusados.

Hasta en cinco ocasiones los servicios médicos tuvieron que emplear el desfibrilador para sujetar durante unas horas la vida del vecino de Oyón y, sobre todo, los facultativos constataron que una «inmediata atención al enfermo» podía haber supuesto «alguna posibilidad» de salvarle la vida.

Pero el ocultamiento por parte de los cuatro adultos y las dos menores de la agresión hizo inviable esa posibilidad. Ante los agentes, Sergio I. declaró: «Vimos a un marroquí en la hierba, fuimos a atacarle y salieron mal las cosas».

La defensa de Andrés Felipe C., por ejemplo, alegó que su defendido «no era plenamente consciente de lo que hacía». «Tiene problemas desde muy joven con la droga, con la bebida y con la delincuencia. El consumo diario de alcohol y muy habitual de drogas han afectado a sus capacidades», sintetizó. «Presenta adicciones a sustancias psicoactivas, había bebido muchísimo y eso influyó en los acontecimientos», abundó el letrado de Sergio I.